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Droiders: "El móvil acabará siendo como el fax, que aún se sigue utilizando"

  • Uno de los 80 desarrolladores oficiales de Google Glass
Julián Beltrán fundador de Droiders. <i>Imagen: Guillermo Lucas</I>.


Julián Beltrán (Murcia, 1984) fundó la empresa de tecnología Droiders en 2009 y cuatro años después se convirtió en uno de los 80 desarrolladores oficiales de Google Glass en el mundo. Confía ciegamente en las gafas inteligentes del gigante norteamericano, para el que ha desarrollado una decena de aplicaciones, algunas en español, aunque sus gafas atienden todavía en inglés. Descárguese gratis la revista elEconomista Tecnología

¿Cuándo veremos Google Glass por la calle?

Espero que a mediados de 2015 ya estén disponibles. De hecho, ya están en Estados Unidos e Inglaterra, aunque el dispositivo actual no está recomendado para el usuario general. Habrá que esperar a la siguiente generación para que sea más económico, más accesible y, sobre todo, esté mejor desarrollado. Ahora mismo es un prototipo para saber cuáles son sus posibilidades y por dónde avanzar.

¿Su uso será más empresarial o del gran público?

Donde estamos teniendo mucho éxito ahora mismo es en empresas. Para un médico, merece la pena pagar un precio que ahora mismo está muy alto para tener un dispositivo que le dé tantas ayudas. También para ingeniería es muy útil y en ese campo también estamos trabajando con empresas.

¿Cuánto cuestan?

Ahora mismo están en 1.700 dólares en Estados Unidos y unas 1.000 libras en Reino Unido -unos 1.300 euros-. De todas formas, Google con este dispositivo no pretende un éxito en ventas, sino descubrir las posibilidades que hay.

¿Cuántas aplicaciones ha desarrollado Droiders?

Alrededor de diez, para distintos sectores. Para medicina, sobre todo aplicaciones que permiten compartir en tiempo real con otro profesional lo que estamos viendo, para hacer un checklist de cosas que hay que hacer antes una cirugía; hemos desarrollado aplicaciones que permiten leer a ciegos; para ingeniería hemos hecho aplicaciones que recuerdan cómo hacer un procedimiento, cómo arreglar una pieza o, en un avión, cómo encaja cierto componente. También, en otros ámbitos, como deportes o cuidado de personas mayores.

¿Lo de los ciegos funciona?

Sí. Una persona ciega se pone un texto delante y la cámara de la Google Glass reconoce los caracteres del texto por OCR -reconocimiento óptico de caracteres- y los lee, los locuta.

¿Son ideas de Droiders o encargos de empresas?

El checklist es un desarrollo que hemos hecho nosotros para cirugía y también para aviación, en la Escuela de Pilotos de Matacán, en Salamanca, para que un piloto visulice la lista de checks antes de despegar.

¿Y para Defensa?

Estamos ya en contacto con el Ministerio de Defensa y la Guardia Civil y lo ven bastante interesante, sobre todo el poder grabar, hacer streaming y compartir lo que está ocurriendo, recibir fotos de la persona a la que tienen que seguir o hacer reconocimiento facial. También puede ser útil para un juez, que desde su silla puede ver un registro en tiempo real y hacer indicaciones. Están pidiendo que las hagamos más resistentes, porque estas pueden ser un poco delicadas para las fuerzas de seguridad.

¿Está por resolver el problema de la privacidad?

Es un tema complicado. De todos modos, no nos damos cuenta de que estamos ya rodeados de cámaras. Hace unos años, cuando salieron los primeros móviles con cámara ya se discutió si se debía prohibir en gimnasios, en piscinas... Al final, están permitidos en cualquier lugar, solo que hay que tener un poco de cuidado. Las Google Glass cuando están grabando se ve un pilotito de luz. Cuando la gente sepa cómo funciona creo que dejará de ser un problema.

¿Tiene el teléfono móvil los días contados?

Va a ser como el fax, que después de todo se sigue utilizando. Uno de los objetivos de Google con este dispositivo es liberarnos las manos, que no vayamos por la calle mirando hacia el suelo y con el móvil, sino que directamente podamos acceder a la información por comandos de voz y ver internet en la pantallita de la Google Glass en lugar de mirar hacia abajo. Costará tiempo, pero creo que en cinco o seis años empezaremos a cambiar los teléfonos móviles por wearables -dispositivos portables-.

¿Por qué les eligió Google a ustedes para los desarrollos?

Google hizo una selección de 80 personas en el mundo, de una base de datos que tenía de gente que había hecho cosas con ellos. Nosotros ganamos en 2009 uno de sus concursos internacionales y eso nos hizo estar en el lugar adecuado, cuando buscaban a alguien para hacer nuevos experimentos. Al estar en esa lista, me mandaron un mensaje una madrugada de enero de 2013, di un salto en la cama, fui al ordenador y rellené el formulario. Pensaba que no me iban a elegir, pero cuando le di al botón de enviar, no funcionaba, así que detecté el error, arreglé el formulario, lo envié y volví a dejarlo como estaba, con el error. Dos días después me escribió Google dándome la enhorabuena por haber conseguido enviar el formulario y nos cogieron.

¿Cuándo van a poder otras empresas españolas trabajar con la Google Glass?

Yo confío en que el año que viene ya sea posible. Google empieza siempre con un pequeño grupo, luego amplía el círculo y al final acaban abriéndolo a todo el mundo. Ya no estamos los ochenta del principio, ha subido porque desde hace unos meses se pueden comprar en Estados Unidos e Inglaterra.

¿Conoce las iGlass de Apple?

Ha habido algunos prototipos y han sacado algunas patentes, es decir, que están en ello, pero es un proyecto ultrasecreto de Apple y no las he visto. Sí que he hablado con gente de Apple que me comenta cuál es la línea que están desarrollando. Apple es muy partidaria de esperar a que la tecnología madure y cuando esté todo muy bien estudiado y machacado, entonces saca lo suyo, que será muy bueno y hasta muy estable.

Seguramente estará integrado por un Siri -aplicación ejecutable por voz-, se conectará a Internet y te dará una vista no solamente por un ojo, sino por los dos. Y estará muy encajado en el diseño, como unas gafas de marca, para que no llamen la atención.

¿Droiders haría aplicaciones para la iGlass?

Siempre que hacemos un desarrollo, sobre todo ahora, no apostamos por que sea para la Google Glass, sino que apostamos por la nueva generación de dispositivos que van a salir. Todo lo hacemos pensando en que mañana puede haber unas iGlass o unas Sony Glass o una Samsung Glass, con un código para que pueda funcionar en todos los dispositivos del futuro. Siempre habrá que hacer modificaciones, pero la idea es que nos lleve el mínimo desarrollo posible.

¿Qué expectativas de crecimiento tiene Droiders?

La empresa tiene cinco años y ahora mismo estamos duplicando facturación cada año. Ahora estamos en un millón de euros y el que viene podemos llegar a dos millones. Somos 20 personas. Tenemos oficina en San Francisco, acabamos de abrir en Londres y estamos pensando abrir en Alemania y en Nueva York o Boston.

¿Para qué tantas sucursales, si el desarrollo se hace en Murcia?

La investigación la hacemos en Murcia, que es donde tenemos el centro de desarrollo. Tenemos muy buena relación con la universidad y eso nos permite acceder a personas con mucho talento a un coste más reducido que en otras partes. Las oficinas las necesitamos sobre todo para los clientes, para que no nos vean sólo como una empresa española, sino que vena que estamos allí y que si tienen una puerta a la que llamar y alguien a quien reclamar.