Músculos artificiales: el plan de Japón contra una sociedad superenvejecida
Japón, uno de los país más envejecidos del mundo, busca soluciones para la creciente demanda en el cuidado a ancianos, un sector que promete brindar una gran rentabilidad económica en el futuro.
Estos días, el profesor Hiroshi Kobayashi de la Universidad de Ciencias de Tokio trabaja en el proyecto de en una máquina que literalmente saca a las personas dependientes de la cama y también en otra que las ayuda a sentarse y a levantarse del inodoro.
De entre todos los proyectos de Kobayashi, el que ya es una realidad es su exoesqueleto mecánico pensado especialmente para el sector de atención a mayores. La armadura se ha comenzado a producir ya en serie por la compañía Kikuchi, y permite a la persona que lo utiliza levantar hasta 30 kilos sin esfuerzo.
El proyecto, se antojó hace como excesivo por su precio, es uno de los primeros grandes pasos que se dan para enfocar el problema de la población dependiente superenvejecida, que está a la vuelta de la esquina. Sin embargo, pese a que cuesta entre los 2.150 y los 5.750 euros, según el modelo, el fabricante permite la opción de alquilar una armadura por unos 180 euros al mes y tiene previsto hacer frente a unos 1.000 pedidos este año.
"Ahora hay muchos puestos en la industria en los que mujeres o personas de cierta edad no pueden trabajar debido al enorme esfuerzo físico, pero espero que eso cambie con este aparato", explicó a Efe Kobayashi en una reciente demostración de su armadura, la cual, dice, también ha interesado a empresas de logística.
Kobayashi diseñó específicamente este sistema para cuidadores después de que el responsable de una empresa del sector le hablara de los dolores lumbares que padecen los trabajadores del colectivo por tener que levantar a ancianos para meterlos o sacarlos de la cama o la bañera. De este modo, el equipo resulta idóneo para mover a personas dependientes gracias a un sistema de "músculos artificiales".
Dichos músculos, que van apoyados sobre la espalda de la persona que utiliza la armadura, se tensan cuando el usuario sopla por una lengüeta, lo que activa una inyección de aire comprimido.
En ese momento solo hace falta tener agarrado al sujeto; la armadura hace el resto ya que el mecanismo imita la fuerza que producen los músculos de la espalda y echa hacia atrás los hombros.
Un 25% de la población, de más de 64 años
Según datos publicados en abril por el Ministerio de Salud nipón, el número de japoneses con más de 64 años fue de casi 32 millones, lo que supone un 25% de la población del archipiélago. De ellos, 5,4 millones requieren a día de hoy algún tipo de asistencia, una cifra que habrá crecido aún más cuando la tercera edad suponga casi el 40% de la sociedad nipona en torno al año 2050, según previsiones del Gobierno.