Las leyendas más terroríficas del Metro de Madrid
EcoDiario.es
El Metro de Madrid siempre ha estado acompañado, desde su inauguración a principios del siglo XX, de historias truculentas y misteriosas.
El diario ABC rescata de su hemeroteca algunas de estas leyendas. Por ejemplo, el caso conocido como el 'loco del bisturí'.
En la línea 1, muchas mujeres denunciaron agresiones de un hombre que utilizaba un bisturí para cortarles el trasero. Finalmente, fue detenido un joven de 18 años, enfermo mental, que sumergía el bisturí en anestesia para que las mujeres no apreciaran el dolor del corte hasta que veían la sangre.
Tirso de Molina es una estación que ha dado lugar a muchas leyendas, en parte porque en esa plaza fue destruido el Convento de la Merced hace 150 años. Cuando comenzaron los trabajos de excavación de la estación, fueron apareciendo huesos de monjes que habían sido enterrados en los confines del convento.
Finalmente, se decidió emparedar los huesos detrás de los azulejos, en las paredes de los andenes, y la leyenda cuenta que pueden escucharse gritos entre ellos.
Una historia reciente en esta misma parada de metro relata la historia de una chica que sube en un vagón del último tren nocturno. Enfrente, hay dos hombres y una mujer sentados, y la chica se percata de que la mujer la mira fijamente.
En otra estación, se sube otro hombre y se sienta a su lado. Este también se da cuenta de que la mujer no deja de mirar a la chica. Finalmente, el hombre, en voz baja, le pide a la joven que se baje con él en la siguiente estación sin decir nada. Cuando lo hacen, él le explica que es medium, y que la mujer que tenía enfrente estaba muerta y los otros dos hombres la sostenían.
En la estación de Sol un hombre relató una extraña historia según la cual ayudó a bajar hasta el andén a una chica con el tobillo vendado, que se subió con él en el mismo tren. En la parada siguiente, la chica se baja y se tira a las vías. El hombre acciona el freno de emergencia, pero cuando tratan de buscar a la chica, esta ha desaparecido y no hay rastro de ella.