Sociedad

Declaran ante la Policía los siete manifestantes de 'Rodea el Congreso' detenidos anoche



    Los siete manifestantes detenidos ayer en Madrid durante la movilización "Rodea el Congreso" están prestando declaración ante la Policía Nacional en la Comisaría de Moratalaz, han informado a Efe fuentes de la Jefatura Superior de Policía de Madrid.

    Los siete detenidos, seis varones y una mujer de entre 18 y 37 años, según indican las mismas fuentes, fueron arrestados ayer por los incidentes ocurridos después de la concentración, en los que fueron identificadas alrededor de cuarenta personas.

    En los altercados hubo 23 heridos leves o muy leves, catorce de ellos policías, según informó Emergencias Madrid.

    La concentración, convocada por la coordinadora 25S contra el anteproyecto de ley de Seguridad Ciudadana, se inició en la plaza de Neptuno pero el fuerte dispositivo policial (más de mil agentes habían blindado el Congreso) hizo que los participantes optaran por desplazarse hacia la calle de Alcalá y la Puerta del Sol para llegar a la Cámara baja por la parte posterior, sin conseguirlo.

    Barricadas en el centro de Madrid

    En esa movilización se produjeron los incidentes, dado que grupos de manifestantes hicieron barricadas en la plaza de Jacinto Benavente donde también hubo lanzamiento de piedras, botellas y petardos contra coches policiales, que resultaron muy dañados en algunos casos.

    Según el Samur, las carreras de los manifestantes y las cargas policiales provocaron que hubiera heridos tanto entre agentes como manifestantes, si bien las lesiones, en todos los casos, no revistieron gravedad.

    Jóvenes extremistas

    Un grupúsculo de jóvenes extremistas, la mayoría encapuchados, se enfrentaron a la policía tras acabar en la Puerta del Sol la manifestación.

    Sin embargo este grupo de encapuchados, que ya había lanzado consignas contra la policía en la manifestación e incluso quemado algún contenedor, se enfrentó directamente a los agentes antidisturbios, que los seguían y custodiaban para que no provocaran altercados.

    Una tremenda lluvia de botellas fue la que les cayó a los agentes, que se defendieron pasivamente; esto es, que no intervinieron prácticamente hasta el final. Aguantaron ataviados con el material antidisturbios hasta que empezaron las cargas. Más de una veintena de personas, entre extremistas y policía, resultaron heridas.