Llegan los Sex-Shops de alto standing a España

Desde hace unos años están surgiendo en Europa tiendas que reorientan el erotismo hacia gustos más sutiles.

Hacia un público no tenido en cuenta: las mujeres interesadas en disfrutar más de su vida sexual que rehusaban pisar el tipo de establecimiento marginal donde se suelen vender este tipo de artículos.

Las clientas de Sensualove pertenecen a ese target. "Tienen de 25 a 45 años, un nivel adquisitivo medio alto y estudios superiores" afirma su jefe de comunicación, Eduard Bella. Al igual que las lectoras de la revista francesa Jalouse que, en las pasadas navidades, cosechó un éxito fulminante con la iniciativa de regalar un vibrador.

Los 50.000 ejemplares, envueltos en celofán opaco, se agotaron en cuestión de horas. Según su editorial "los sex toys están de actualidad y no podemos ignorar las tendencias en boga".

Auge del porno chic

Los fundadores de Sensualove, tres hermanos de la ciudad Condal y sus respectivas mujeres, cazaron al vuelo el auge del porno chic -tan promovido por las protagonistas de 'Sexo en Nueva York'- en sus viajes al Reino Unido.

"Allí en vez de esconder los lubricantes y preservativos a la vista del público, los venden sin tapujos en tiendas de diseño y en las avenidas principales". Se refieren a Ann Summers, una enseña británica que factura 155 millones de libras al año.

Sus 123 franquicias no difieren mucho de Women Secret si no fuera porque además de ropa interior, despachan disfraces y otros complementos picantes. Su dueña, Jacqueline Gold, luchó en los tribunales irlandeses para seguir vendiendo sus productos sin ningún tipo de secretismo en O'Connor Street, la calle más comercial de Dublín. De momento, Sensualove no ha tenido problemas con las autoridades para ofrecer sus artículos sin restricciones.

Locales en Serrano y Chueca

En sus luminosos locales de la Rambla de Cataluña y el barrio gótico (el Serrano y Chueca de Madrid) el chill out invita a entrar como si se tratara de una perfumería. Venden golosinas voluptuosas, muy solicitadas como atrezzo en las despedidas de solteros, aceites corporales, libros de cocina afrodisíaca y otra clase de juguetes más íntimos, situados casi en la trastienda.

Al principio encargaban todos los productos pero poco a poco están sacando su propia marca "Los aceites esenciales estadounidenses son muy pringosos y de sabores demasiado excéntricos".