Sociedad

Canarias trata de blindar su turismo norte-europeo con el 'rescate' de Merkel

    Merkel, durante una entrevista este fin de semana | Reuters


    Canarias no gana para sustos. Si el pasado año por esta época El Hierro entraba en quiebra técnica por la aparición de un volcán que no se ha sabido aprovechar para generar más visitantes, ahora ocurre que La Gomera pierde buena parte de sus activos: la naturaleza. El incendio de este agosto está controlado, pero no extinguido. Si no llega a ser por el papel del Gobierno central y la colaboración de Marruecos, las llamas estarían de camino a Tenerife. Y eso que son islas.

    El Cabildo de La Gomera ha remitido una carta a Angela Merkel para que descanse en la Isla, pero es complejo porque se trata de un destino que se presta a la distracción y colocar a una personalidad de este tipo a ser foco de atracción puede mermar precisamente su derecho laboral al descanso.

    En una misiva escrita por Turismo, el Cabildo insta a Merkel a retornar para "animar" a la población local. "Las llamas han arrasado el 10 por ciento de su superficie y han alcanzado parte del Parque Nacional de Garajonay, el espacio por el que tantas veces usted y su marido han paseado", afirma la misiva en la que también solicita que envíe palabras de consuelo para los habitantes de las Islas. "Con sus visitas siempre ha honrado a este pueblo", comenta Méndez.

    A estas palabras se han unido las del ministro de Industria y Turismo, el también canario José Manuel Soria. "Que Angela Merkel siga visitando La Gomera me parece una idea extraordinaria, lo viene haciendo desde muchos años, alguna vez incluso hemos coincidido el propio presidente Rajoy y yo mismo casualmente (sic) cuando ella pasaba algunos días por allí y el presidente Rajoy y yo mismo estábamos realizando actividades políticas en La Gomera", indica Soria. Así, añadió, que el hecho de que la canciller pueda continuar, "dentro de sus obligaciones", visitando La Gomera, "lógicamente es un buen reclamo" para la isla canaria.

    Maspalomas

    Canarias va bien. Debería ser el eslógan de las autoridades de las Islas, pero los conflictos tribales del Archipiélago impiden tener capacidad para proyectar a este territorio que se acoge a ayudas de forma permanente de la UE por su lejanía.

    Precisamente, una lejanía que le permite liderar el turismo de calidad en la UE en zonas como Fuerteventura, Lanzarote o Gran Canaria, isla pionera en mercados como el nórdico que se prestan a invertir antes que termine 2012 una cifra de 250 millones de euros en complejos de hoteles propiedad de constructoras que no han sabido diferenciar un negocio turístico de una inversión en activos fijos.

    "Las plazas que dejaron libres los británicos fueron ocupadas por centroeuropeos de los mercados austríaco y alemanes y en estos momentos cuesta trabajo conseguir una plaza», señaló ayer el alcalde de San Bartolomé de Tirajana, Marco Aurelio Pérez, que acoge en septiembre el Día Mundial del Turismo por primera vez en España bajo el paraguas de la ONU.

    Pérez lamenta la confusión que hay en España con los datos del turismo en Canarias. Y es que denuncia que los datos que difunde el Gobierno canario son tóxicos "porque nuestra realidad es distinta a la que recogen esas estadísticas". Maspalomas, en Gran Canaria, es el destino más caro, por el que más pagan los turistas cuando vienen a Canarias, ya que una noche de hotel en nuestra zona es mucho más cara que en cualquier establecimiento de la misma calidad en otro lugar del Archipiélago, incluso llegamos a duplicar el precio que se cobra en alguna otra isla".

    El presidente de la láctea canaria JSP, que tiene buena parte de su negocio centrado en Getafe con una empresa de máquina de vending, el industrial José Sánchez, es tajante: "Sin el desarrollo turístico habríamos seguido vendiendo tabales de sardinas, gofio y plátanos. El turismo ha supuesto una riqueza extraordinaria".

    Turismo peninsular

    La crisis económica española pasa factura al turismo español, que opta por moverse en la Península. El turismo extranjero baja pero hay que tener en cuenta la existencia de Eurocopa de fútbol y las Olimpiadas de Londres. En invierno, el descenso de inventivos a viajes del Imserso puede dañar a zonas como Tenerife y Lanzarote, que son las que más camas ponen a disposición de jubilados y pensionistas.

    Gran Canaria, en ese sentido, suele caer en verano porque sus clientes potenciales proceden de zonas ajenas al euro o con economías de Eurolandia mejor saneadas como la holandesa o la alemana.

    Por ejemplo, la no dependencia del turismo peninsular se ha hecho ver en verano en zonas como Fuerteventura o Gran Canaria. Ha perdido este verano 18.381 personas, hasta las 149.755, seguida de Tenerife (10.111 menos, hasta 296.878); mientras que cae ligeramente en Gran Canaria (pierde 1.475 personas y recibe 200.005 personas). Por contra, sube en Lanzarote (12.163 personas, hasta los 159.683) y en La Palma, con un repunte del 57,9 por ciento, recibiendo 10.477.

    En el acumulado del año -de enero a julio- Canarias recibió 6,7 millones de turistas -entre extranjeros y nacionales-, un 0,8 por ciento menos. De nuevo es el turismo peninsular es el más tocado, con una caída del 4,7 por ciento (hasta los 859.721) frente al descenso de extranjeros, del 0,2 por ciento (hasta los 5,8 millones de turistas). Las previsiones del turismo nórdico así como el germanoparlante y británico son positivas al entrar en periodo de invierno, que es donde Canarias vende sol, buen tiempo y ocio.

    Lanzarote

    Con un descenso medio del 5 por ciento de visitantes este año, los hoteleros de Lanzarote tienen puestas sus expectativas en el turismo anglosajón. Británicos y españoles suponen el 60 por ciento de los turistas que acoge la isla, hasta julio rozando los tres millones, frente a los 3,1 del pasado año. En cuanto a la ocupación, la patronal Asolan espera alcanzar el 82 por ciento en la temporada de verano frente al 87 por ciento de 2011.

    Las buenas noticias llegan de los mercados emergentes, como Holanda, Polonia o Francia, países que, aunque con unas cifras aún testimoniales, de algunos miles de visitantes, se han convertido en la esperanza del sector. Los turistas procedentes de Francia han aumentado este año un 350 por ciento.