Sociedad

Los responsables del incendio de Guadalajara se sientan en el banquillo



    La Audiencia de Guadalajara juzgará a partir de hoy a los tres excursionistas que provocaron, al hacer una barbacoa, el incendio ocurrido en esta provincia en julio de 2005, en el que se quemaron casi trece mil hectáreas del antiguo Ducado de Medinaceli y que costó la vida a once trabajadores de un retén forestal.

    Así, siete años después de ocurrir la tragedia y durante tres días, se sientan en el banquillo de los acusados los excursionistas Marcelino H.S., Juan José J.C. y Iasson K., que están acusados de un delito de incendio forestal por imprudencia grave.

    Para cada uno de ellos, la fiscalía solicita dos años de cárcel y casi catorce millones de euros de indemnización para el Gobierno regional por el coste de los trabajos de extinción -que duraron casi quince días-, por la inversión que se tuvo que hacer para reforestar la zona carbonizada y por los daños ocasionados en el material de extinción.

    La fiscalía aplica para los procesados las atenuantes de confesión y dilación indebida del procedimiento, ya que la demora en la celebración de la vista oral es "ajena" a los acusados, afirma en su escrito de calificación el ministerio público.

    Según el fiscal, los procesados actuaron "sin adoptar las más elementales medidas de precaución para prevenir y evitar la propagación de los llamas" durante la preparación de la parrilla, a pesar de que el uso de las barbacoas estaba autorizado.

    El primer acusado se declara inocente

    El primero de los acusados por el incendio de la Riba de Saelices (Guadalajara) en declarar, M.H.S., se ha declarado inocente y ha aseverado no tener "responsabilidad ninguna" en el incendio, y ha cuestionado las pruebas periciales realizadas, afirmando que el fuego "no se originó en la barbacoa".

    En su declaración, el acusado ha asegurado a preguntas de su defensa que ni provocó ni previó que se pudiera producir el fuego, y que mientras estaba manipulando la barbacoa se originaron las llamas detrás de él, "probablemente provocadas por un cristal".