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Prevención y reutilización, claves en el reciclado de aparatos electrónicos

  • Entre 2008 y 2014 los residuos crecieron un 11%


El Real Decreto va un paso más lejos que la UE y establece objetivos de preparación para la reutilización del 2% para grandes electrodomésticos y 3% para equipos informáticos, además de nuevas obligaciones para los agentes. El Gobierno pretende crear 5.000 empleos directos

Qué pasó con su última lavadora o con esa televisión que dejó de funcionar de repente? ¿Qué hizo con ese teléfono móvil estropeado que no tenía una reparación aparente? ¿Cuántas veces ha ido a un punto limpio y se ha encontrado con que no estaba abierto? ¿Ha tratado de devolver a la tienda donde se adquirió determinado aparato electrónico para que ellos se encargaran de la recogida del residuo y se ha vuelto a casa con él? Para resolver todas estas cuestiones, el Gobierno aprobó el pasado febrero el Real Decreto 110/2015 sobre Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos (Raee) -un sector que comercializó 746.801 toneladas en España, según los últimos datos de Eurostat correspondientes a 2010-.

Entre las novedades que introduce, destaca el incremento de los objetivos de recogida o la inclusión de la necesidad de alcanzar determinados porcentajes de preparación para la reutilización de ciertas categorías de Raee. Además, se da mayor importancia al cumplimiento de la jerarquía de gestión de residuos. De esta forma, la prevención cobra especial protagonismo, así como a la preparación para la reutilización de estos residuos -regulando en qué categorías de equipos, en qué plazos y con qué porcentajes debe llevarse a cabo esta actividad-.

La jefa de Área de la Subdirección General de Residuos del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Begoña Fabrellas, explicó durante la Jornada Hacia un nuevo modelo de gestión de Raee que "el objetivo del Real Decreto era crear un texto claro, que aporte seguridad jurídica y ha sido fruto de un trabajo profundo". "Creo que no hemos dejado ningún fleco".

Por su parte, el secretario de Estado de Medio Ambiente, Rafael Ramos de Armas, explicó que "el cambio de modelo en la gestión de estos residuos era muy necesario porque debe integrar las particularidades de éstos". Además, adelantó que esperan crear alrededor de "5.000 empleos directos" con la nueva norma. En este sentido, cabe destacar que el 17 por ciento del denominado empleo verde corresponde a la gestión de estos residuos.

Dos objetivos: prevención y reutilización

Con todo, el Real Decreto se centra en dos objetivos básicos: la prevención y reutilización del producto. En cuanto al primer punto, la nueva normativa busca reducir la cantidad de este tipo de residuos y minimizar las sustancias nocivas que contienen. Además, quieren que los aparatos eléctricos y electrónicos duren más tiempo ya que, según explicó el secretario de Estado de Medio Ambiente en el periodo 2008-2014, "los Raee crecieron un 11 por ciento y esta cifra se incrementará en los próximos años, no es un mercado saturado".

Respecto a la reutilización, los expertos apuntan a que es "uno de los grandes logros del Real Decreto", aunque coinciden en que "los objetivos se han quedado cortos". Sin embargo, hay que resaltar que ninguno de los países de la Unión Europea (UE) lo contempla en sus leyes, por lo que nuestro país es pionero en este aspecto. La nueva normativa incluye objetivos de preparación para la reutilización del 2 por ciento de grandes electrodomésticos y del 3 por ciento para equipos informáticos en 2017. Estos objetivos se elevarán al 3 y 4 por ciento, respectivamente, en 2018.

Según datos de la Comisión Europea, en 2010 se recogieron y trataron 3,4 millones de toneladas de Raee en la UE. Esto supone 7 kg por persona, el equivalente en peso a dos o tres ordenadores portátiles desechados por cada ciudadano europeo cada año. Prácticamente todos estos residuos recogidos se destinaron a reciclaje o a su incineración para generar energía, a pesar de que se calcula que alrededor del 25 por ciento de los aparatos eléctricos que desechamos podrían reutilizarse, según la organización Wrap.

La jerarquía de los residuos

La nueva normativa da un paso más y establece una serie de obligaciones entre los diferentes actores que intervienen en la gestión de este tipo de residuos: productores, distribuidores, gestores y consumidores.

Respecto al primero, el Real Decreto incide especialmente en dos puntos. Por un lado, tal y como se ha señalado anteriormente, la nueva norma fomenta el ecodiseño del producto, es decir, que se creen aparatos electrónicos que tenga una vida útil más larga que la que tienen en la actualidad. Por otro, y con el punto de mira puesto en facilitar la reutilización de los productos, ahora se exige a los productores que den información para su posterior o eventual reparación -es decir, si al consumidor se le estropea una lavadora, ahora podrá llevarla a reparar con la seguridad de que el recuperador tendrá toda la información para conseguir que vuelva a funcionar de forma segura tanto para él, como para un posible consumidor de segunda mano-.

En cuanto a los distribuidores, explican lo "imprescidibles" que son en el momento de recogida. En este sentido, introducen dos medidas fundamentales que serán de gran ayuda para los consumidores, así como para los gestores de residuos.

En primer lugar, establecen la obligación uno por uno. En otras palabras, cada vez que uno compra un aparato electrónico puede dejar el anterior -si tiene las mismas características- en el punto de venta. La otra obligación es para los comercios que tengan más de 400 metros cuadrados de superficie, que tendrán la obligación de hacerse cargo de los aparatos menores de 25 centímetros -por ejemplo, un cepillo eléctrico, una radio, unos cascos, unos altavoces pequeños, un teléfono móvil- que ya hayan acabado su vida útil o del que el consumidor quiera deshacerse. Asimismo, y por primera vez, la venta de aparatos eléctricos o electrónicos a través de Internet deberá garantizar también que los compradores puedan entregar los residuos que generen de igual manera que en las tiendas físicas.

Para los gestores de residuos, la nueva normativa incorpora una serie de requisitos técnicos homogéneos de tal forma que faciliten la labor para saber qué hay que controlar. Además, abre las posibilidades de entrega directa -puntos limpios- y permite acuerdos con los distribuidores.

En cuanto a los consumidores, la nueva norma impulsa la entrega a centros especializados de los productos que ya han acabado su vida útil o han dejado de tener valor para los usuarios. Por eso, los expertos consideran fundamental las campañas de sensibilización a la población. En este sentido, la responsable del área de Medio Ambiente de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), Belén Ramos, indició en la importancia que tiene "mejorar la conciencia medioambiental de los ciudadanos" para el correcto cumplimiento de la nueva normativa.

No obstante, Ramos recalcó que las campañas de los últimos años han estado descoordinadas y se debería "mejorar sustancialmente la información y saber que somos capaces de cumplir con lo que estamos informando". En este sentido, aclaró que la Administración pública tiene que "tener muy claro qué quiere transmitir, a quién, cúando y cómo hacerlo".

Coordinación entre todos los agentes

El Real Decreto también incorpora elementos para hacer posible la mejora del control y supervisión por las administraciones públicas de la gestión de estos residuos y clarifica la actividad de los agentes que intervienen en el proceso y sus obligaciones.

Para ello, crea una plataforma electrónica en la que se incluirán los datos de la recogida y gestión de Raee, financiada por el Magrama y los productores, y una Oficina de asignación de recogidas, que será supervisada por las Administraciones públicas implicadas.