Los elevados precios de la energía distorsionan el mercado del agua
El sector trabaja en desarrollar nuevas fórmulas y tecnologías con las que ser más eficientes y reducir los altos costes que la energía deja en procesos del tratamiento del agua como la desalación y la depuración.
El agua es un elemento esencial para el hombre y su existencia para el consumo no está garantizada. Multitud de compañías de todo el mundo trabajan día a día en procesos de desalación y depuración para asegurar el abastecimiento en el futuro. España es puntera en esta materia al copar ocho de las 20 grandes desaladoras mundiales: sus empresas realizan importantes proyectos, tanto dentro como fuera de nuestras fronteras, y su concienciación le ha llevado ya a liderar la primera iniciativa de coordinación europea en el sector del agua (la conocida JPI Water).
El elevado precio de la energía es uno de los factores limitantes para la generalización de los procesos de depuración y desalación. "Con el subsidio del agua, el sistema empieza a no ser sostenible. Si el agua recuperase sus precios y no estuviera el mercado distorsionado al estar una parte -la del agua- subsidada y la otra -la energía- en mercado con altos precios habría desaladoras competitivas", señaló Enrique Cabrera, catedrático de mecánica de fluidos en la Universidad Politécnica de Valencia durante su intervención en el Observatorio La I+D en el sector del agua: el reto de la eficiencia energética organizado por elEconomista.
El binomio energía-agua es uno de los más evidentes, ya que como recuerda Antonio Casañas, responsable comercial para España, Portugal y países del Magreb de Dow Water & Process Solutions, para producir agua es necesario energía y para producir energía se requiere agua. El sector calcula que al menos el 35 por ciento del coste total del agua está vinculado al precio de la energía. Unos niveles que confirman la necesidad de que las empresas del mundo del agua diseñen fórmulas con las que ser más eficientes y reducir los elevados costes que la energía deja en procesos de tratamiento del agua como el de la desalación.
Eficiencia para bajar costes
El sector del agua trabaja desde hace tiempo en desarrollar nuevos mecanismos con los que bajar la factura. "En todos los diseños de las constructoras de las desaladoras se intenta ser eficiente energéticamente, ya que las renovables, siendo unas energías limpias, no resuelven el problema de reducir el consumo energético", dice Jorge Malfeito, director de I+D+i de Acciona Agua. No obstante, el sector reconoce que todavía hay mucho trabajo por hacer. "Es fundamental bajar la intensidad energética en este binomio. Hay mucho camino por recorrer en el día a día para mejorar la eficiencia, ya que hay plantas que están bien dimensionadas y bombas con alta eficiencia pero que operan fuera del punto de funcionamiento, tuberías que están viejas y pierden energía...", explica Enrique Cabrera.
La mayor parte de las investigaciones que están desempeñando las empresas del mundo del agua se centran en la reducción de los costes, principalmente en todos aquellos que están asociados, en mayor o menor medida, al consumo energético. Domingo Zarzo, director técnico y de I+D+i de Valoriza Agua [la cabecera del conjunto de sociedades de Sacyr que operan en el sector del agua], explica que si bien es cierto que las empresas del agua no pueden alterar el mercado reduciendo el precio de la energía, el sector tiene en sus manos otras alternativas para limitar su impacto en los costes. El también presidente de la Asociación Española de Desalación y Reutilización (AEDyR) propone, por ejemplo, construir plantas más grandes y eficientes, así como tener el contrato de todas las desaladoras para negociar un precio más favorable que si las tuviera de forma independiente. Zarzo asegura, además, que otra de las opciones que tiene el sector es paralizar las plantas en determinados momentos del día con el objetivo de intentar consumir en aquellos períodos en los que la energía es más barata.
Apuesta por la tecnología y el exterior
La tecnología tiene un papel esencial como mecanismo para producir agua de forma más sostenible. Nabil Khayyat, jefe de la división de promoción y coordinación del Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI), afirma que "si queremos ser un país más competitivo no sólo tenemos que pensar en los costes del agua y la energía, sino en desarrollar tecnologías". Según el experto, sólo 150 de las 800 empresas que trabajan en el mundo del agua en España tienen actualmente experiencia registrada en I+D en tecnología del agua. Estas cifras son "lamentables", califica Khayyat, teniendo en cuenta las oportunidades que tiene España por su localización.
"Tenemos todo un mercado para trabajar, sobre todo en el sur de Europa y en el norte de África. Tenemos que cooperar en I+D dentro de Europa para adquirir, aprender y desarrollar nuestra propia tecnología. Además, no sólo debemos centrarnos en vender agua, sino en desarrollar, usar y vender la tecnología a otros países", dice el experto. No obstante, desde Acciona Agua, Jorge Malfeito sacó pecho en esta cuestión asegurando que las empresas españolas "somos líderes mundiales porque tenemos tecnología propia". El sector también vislumbra grandes oportunidades de negocio en el ámbito de las auditorías energéticas con la finalidad de analizar cómo se puede reducir los altos consumos en países como México.
La crisis y las oportunidades que ofrecen muchos países han hecho que muchas compañías hayan volcado gran parte de sus esfuerzos en crecer en el exterior. Acciona, por ejemplo, ha pasado de tener un 70 por ciento de construcción en España a tener ya el 90 por ciento fuera con importantes proyectos en zonas como Latinoamérica. Entre otras cosas la división de agua de la compañía presidida por José Manuel Entrecanales construye en la actualidad en México la que será la mayor depuradora del mundo y participa en un proyecto a nivel europeo en el que un total de 21 organizaciones trabajan en la detención de fugas y otros desperfectos que pueden incrementar la factura en cuatro puntos del continente: Holanda, Gran Bretaña, Francia y España (concretamente en Burgos).
El sector del agua español tiene además varios proyectos pendientes de aprobación. Enrique Cabrero explica que, por ejemplo, la Universidad Politécnica de Valencia tiene un proyecto pedido a Europa 2020 para elaborar una red de riesgo o abastecimiento. La idea es que los ocho países que participan puedan emitir una etiqueta identificadora de eficiencia energética como las que llevan los electrodomésticos. "Hemos pasado ya la primera etapa y creo que es posible que nos puedan financiar el proyecto. El negocio tiene un gran porvenir y un recorrido formidable porque si bien es cierto que Europa tiene una normativa de etiquetaje, los abastecimientos en Latinoamérica son un desastre", apunta Cabrera.
Mecanismos de financiación
"España recibirá mucho dinero en enero con cargo a presupuestos o al Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Feder)", asegura Nabil Khayyat. Estos fondos (los Feder) son un instrumento financiero de la Comisión Europea que son subvencionados a fondo perdido y son gestionados directamente por las administraciones públicas a partir de una cantidad asignada para realizar proyectos que motiven su desarrollo económico.
El CDTI, que ha financiado entre 2010 y noviembre de 2014 un total de 77 proyectos de I+D, suele poner anualmente a disposición de la empresa unos 1.000 millones en forma de crédito y ofrece la opción de desgravarse fiscalmente. "Hay mucho dinero público, más de lo que pensamos, pero no pretendamos que se subvencione todo porque supone déficit para el Estado", afirma Khayyat. El representante del CDTI explica que está abierto todo el año y que hasta el 13 de febrero de 2015 hay un programa para financiar empresas españolas y mexicanas que trabajen en común en temas de agua.
El Ministerio de Economía y Competitividad, por su parte, ofrece entre otros programas de colaboración público-privado. El jefe del área de sostenibilidad del Ministerio, Pedro Prado, asegura que tienen que ser proyectos de innovación dirigidos a mercados, donde la investigación básica ya está hecha, y la segunda convocatoria está prevista para mediados de enero y que tenga un mes de apertura. Según explica Prado, los préstamos pueden llegar hasta el 85 por ciento y va con unos intereses del euribor del mes anterior a que salga la convocatoria. Además, estos préstamos se tienen que devolver en diez años (tres de carencia y siete de amortización) y se requiere de avales a partir de un determinado importe en los proyectos que se presentan anualmente y por el 25 por ciento de la cantidad solicitada.
A pesar de estas opciones, Cabreras destaca que es necesario que se recupere el coste del agua para poder también hacer frente a las inversiones. "Los precios del agua tienen que multiplicarse por entre un 2 ó un 4 por ciento dependiendo de si hay desalación o no".