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Una nueva medida de la adecuación de las reservas de divisas



    Las reservas globales se han multiplicado por cinco en la última década, después de la crisis financiera asiática. Las estimaciones de los ratios entre reservas e importaciones y el pasivo exterior a corto plazo no logran reflejar de forma precisa el aumento de la volatilidad de los flujos de las cuentas corrientes y de capital en una situación de deterioro de la financiación. Proponemos una medida de la capacidad de intervención de los bancos centrales con reservas en divisas frente a la volatilidad de la cuenta de capital. El aumento del acceso a la financiación al por mayor, y la dependencia de la misma, de los mercados emergentes y los mercados desarrollados que no son refugios ha provocado que sus cuentas de capital sean más vulnerables a los movimientos bruscos de capitales, lo que puede incrementar la posibilidad de que se produzcan salidas de capitales, especialmente en el caso de los países con sectores bancarios excesivamente grandes. Nuestros resultados indican que, antes de la crisis financiera, Portugal, Islandia, Irlanda, Grecia, España, Chipre y Luxemburgo eran los países con el mayor déficit de reservas, mientras que Suecia y Suiza se encontraban entre los países con mayores niveles de reservas.

    Por Mike Liu y Sam Dorri