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Vigile sus inversiones: ventajas de estar dentro del mercado en tiempos difíciles



    Cuando un mercado alcista se da la vuelta, lo mejor para un inversor a corto plazo es salir. Pero si se ha quedado atrapado, no se vaya: corre el riesgo de entrar tarde para la reacción.

    ¿Recuerda la película Dos vidas en un instante? Gwineth Paltrow corría para coger el último metro para llegar a su casa, y de repente la acción se dividía en dos: lo que le hubiera pasado si logra subirse al tren y las desventuras que habría vivido si se hubiera quedado en el andén.

    A veces la realidad supera a la ficción, y por ello desde elEconomista hemos decidido plantear varios escenarios con un mismo protagonista: un inversor que, para celebrar el nacimiento del Ibex 35 el 14 de enero de 1992, decidió invertir 1.000 euros en una cartera de valores con la misma composición del índice de referencia del mercado español. Y como la bolsa da tantas sorpresas como la vida, este ahorrador podría haber corrido mejor o peor suerte en este periplo inversor.

    Sin embargo, se observa algo muy curioso en su aventura bursátil. Si ponemos por caso que haya logrado captar el 50 por ciento en todos los tramos alcistas que ha vivido el Ibex, hasta el día de hoy no obtiene pérdidas a no ser que haya sufrido un 85 por ciento de la caída en todas las fases bajistas del indicador. Dicho de otro modo: a no ser que haya conseguido esquivar gran parte de las caídas, lo mejor hubiese sido mantener las posiciones.

    En estos últimos e inciertos tiempos, el consejo de no vender las acciones ha sido quizá la recomendación más repetida por los expertos a los inversores que han quedado atrapados en la trampa de las fuertes caídas que hemos visto últimamente en el parqué. Y al parecer no les falta razón.

    Paciencia e información

    Según la firma de inversión Fidelity, "cuanto más tiempo se mantiene una inversión, menores son las posibilidades de perder dinero". Según sus datos, en el último cuarto de siglo un 28 por ciento de los ahorradores perdieron dinero en sus inversiones a un año en los mercados internacionales, frente al 22 por ciento que sufrieron recortes del beneficio en sus inversiones a cinco años. A diez años, ningún inversor perdió dinero en los mercados internacionales.

    Uno de los problemas que provoca deshacer posiciones cuando se ha perdido un 60 o un 80 por ciento es que puede haber aumentado la desconfianza del inversor, lo que provocaría que, además de salir en un mal momento, sería complicado acertar con el instante ideal para reincorporarse y pescar gran parte de la rebote.

    Alicia Jiménez, directora de análisis de Self Trade, habla claro: "Si pensamos a largo plazo y con la teoría de que la bolsa es alcista de fondo, nunca habría que salir del mercado. El principal problema es que la gente nunca entra en la bolsa cuando tiene que hacerlo, y muchas veces se pierde los mejores días, que son básicos para marcar la diferencia", puntualiza. En suma, si mantenemos la inversión en letargo puede que la veamos estrellarse, pero también observaremos cómo se beneficia del repunte desde el principio. Según los expertos, es cuestión de dejar pasar el tiempo.

    Ventajas del largo plazo

    Si nos fijamos en la fiebre histórica del Ibex 35, además de observar que, a pesar de que se han atravesado ciclos alcistas y bajistas desde su nacimiento, la bolsa es alcista de fondo -el índice se ha revalorizado un 385 por ciento desde su creación-, también podemos ver que los tramos de subidas son generalmente más amplios en el tiempo y más fuertes.

    Permanecer en la bolsa a largo plazo tiene muchas ventajas, desde fiscales (ver apoyo de la izquierda), ya que el inversor no tiene obligación de declarar a Hacienda hasta que vende los activos, hasta a la hora de cazar dividendos. Cada año las empresas españolas reparten miles de millones de euros en concepto de retribuciones, y actualmente las correcciones que estamos viendo en la bolsa hacen que las rentabilidades por dividendo de muchos valores estén en máximos históricos.

    Pese a todo, la información y la gestión activa son básicas para lograr sacarle al mercado todo su jugo. En este sentido, Susana Felpeto, analista de Atlas Capital, comenta que los inversores no deberían "dar una orden de compra o venta, como puede ser situar un stop loss en determinado nivel, y después olvidarse. Desde nuestro punto de vista, lo más importante es que la gente sepa el riesgo que está dispuesto a asumir, si son capaces de asumir pérdidas sabiendo que a largo plazo tendrán ganancias", subraya esta experta.

    'Stop loss': ¿trampa o salvación?

    Del mismo modo que es importante tener cierta intuición y un buen gestor para conseguir entrar en el mercado en un buen momento, también es importante estar pendiente de nuestras inversiones y saber las herramientas que existen a nuestro alcance para intentar llevarnos la menor parte posible de las caídas.

    El stop loss o orden de venta automática a un precio definido, puede ayudarnos "a proteger parte de nuestras ganancias", señala Alicia Jiménez, pero subraya que "tiene algunos inconvenientes, ya que la gente tiende a situarlos en niveles parecidos. Por ello, esta orden automática generalmente te hace vender tus títulos al precio más bajo del día, ya que el valor no rebota hasta que se limpian todos los stop loss, por lo que a veces puede resultar muy frustrante", comenta Jiménez.

    "El riesgo de que se te ejecute el stop loss en el mínimo diario se acentúan en momentos como éste, en el que la volatilidad es muy elevada", apunta Susana Felpeto, que también nos pone sobre la pista de otros handicaps a la hora de operar con stop loss: "Si el mercado abre con hueco bajista puede no ejecutarse nuestra orden, también puede hacerse efectiva por debajo del precio que habíamos marcado como stop".