Unos resultados decepcionantes pueden acabar con el rally de la bolsa
Dudas en Wall Street sobre el signo de la temporada de cuentas empresariales
A pesar de su poco estimulante economía, los norteamericanos al menos han podido mirar a la subida de la bolsa y a los sólidos resultados empresariales como dos signos prometedores. Pero incluso ellos pueden estar evaporándose. La renta variable se ha movido en lateral durante la mayor parte del año por culpa de las materias primas y la crisis europea. Y ahora, la temporada de resultados que se publicarán en las próximas semanas puede confirmar que las empresas empiezan a tenerlo más difícil.
Los elevados precios de la gasolina están restringiendo aún más el débil gasto de consumo, los bancos están sufriendo y los costes laborales empiezan a subir, lo que recorta los márgenes empresariales de forma significativa por primera vez. Y todo eso puede significar problemas para la bolsa, que subió con fuerza la semana pasada gracias a la aprobación del plan de austeridad en Grecia. Algunos analistas dudan de que dure mucho más; y si no lo hace, el escenario económico se complicará al dejar de contar con esos dos pistones.
'Por primera vez en este ciclo económico, va a haber un número considerable de decepciones en los resultados', opina Doug Cliggott, analista de Credit Suisse. Además, la crisis europea no está ni mucho menos solucionada, después de que S&P dijera que el plan de Francia para alargar la deuda griega equivale a un 'default'.
Por el contrario, otros analistas prevén una temporada de resultados relativamente buena, que se contraponga a las flojas noticias económicas. Creen que las empresas lo harán bien porque los consumidores han reducido su deuda y pueden estar preparados para volver a gastar, y porque los combustibles han frenado su escalada.
'Vamos a tener buenas noticias del sector empresarial y los mercados podrán seguir subiendo', señala Jack Caffrey, estratega de JP Morgan. El subidón del 5,4%del Dow Jones la semana pasada parece respaldar este optimismo. Ya hay algunos profesionales que predicen que el S&P 500 puede volver a los 1.400 o superarlos a fin de año o incluso antes. Y hacen comparaciones con el año pasado, cuando, después de algunos meses difíciles, el mercado tocó suelo en la primera semana de julio y subió durante el resto del ejercicio.
'Con la excepción de la debacle de finales de 2008 y principios de 2009, las acciones de EEUU están más baratas de lo que han estado nunca en 20 años', asegura Steve Sjuggerud, editor del newsletter 'True Wealth'. Su previsión es que el S&P volverá a 1.450 a finales de año.
Pero los bajistas creen que ese optimismo es exagerado. Aparte de la crisis europea, apuntan a las continuas cifras negativas de la economía norteamericana. El mes pasado, la Fed rebajó sus expectativas de crecimiento a un rango entre el 2,7% y el 2,9%, frente al 3,1%-3,3% que esperaba en abril. Muchos economistas independientes son aún más pesimistas, porque existe el riesgo de que la economía se venga abajo por los recortes presupuestarios y de empleo, y más ahora con el debate sobre el techo de deuda. Otro lastre será el fin del programa de compra de bonos por 600.000 millones de la Fed, el famoso QE2.
Las empresas han logrado beneficios hasta ahora manteniendo bajos los costes laborales e incrementando la productividad, pero sus márgenes se pueden contraer ahora porque sus costees laborales y su gasto de inversión empiezan a subir. El citado Credit Suisse espera que el resultado de esto sea un S&P a fin de año por debajo de su nivel actual, en torno a 1.275 puntos. Jeffrey Kleintop, estratega jefe de LPL Financial, cree que las grandes empresas reducirán sus previsiones para el segundo semestre al presentar las cuentas del trimestre pasado.
Hasta ahora, la temporada de preanuncios ha sido confusa. FedEx logró un crecimiento del 33% del beneficio, lo que parece un buen indicador para el resto de la economía. Nike también dio unas ventas sólidas, pero Oracle decepcionó por culpa de la caída de la demanda de hardware. Según Thomson Reuters, 125 miembros del S&P 500 han publicado preanuncios, en 81 casos negativos y en 33 positivos; un ratio peor que en el mismo momento del año pasado.
El consenso de analistas es de un crecimiento de los beneficios operativos del 15,6% en el segundo trimestre, gracias a las petroleras y las empresas de materias primas. Se trata de un fuerte crecimiento, pero aun así supone una desaceleración respecto al 19,7% del primer trimestre y al 37,7% del cuarto. En el conjunto de 2010, los resultados operativos aumentaron el 37,9%.