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¿Ascender? No, gracias, prefiero la tranquilidad de mi puesto



    Sólo 14 de cada cien trabajadores españoles consideran prioritaria la promoción profesional; en India son 42 de cada cien. Con la crisis aumenta el rechazo de una posición que implica presión y la toma de duras decisiones, como los despidos.

    "Lo que les gusta a los españoles es la seguridad laboral. Si pueden trabajar de nueve a tres, fenomenal; y si además trabajan para el Estado, mejor que mejor". Ésta es la opinión de Francisco Navarro, profesor de IE Business School, acerca de las ambiciones profesionales de los ciudadanos de este país.

    Un estudio de Randstad señala que sólo 14 de cada cien trabajadores españoles tienen como meta prioritaria conseguir un ascenso. El informe vincula ese resultado a la situación económica: "La crisis ha puesto de manifiesto las dificultades a las que han tenido que hacer frente los directivos, a los que en muchas ocasiones se culpa del mal funcionamiento de la empresa, así que cada vez son más los trabajadores que prefieren la estabilidad de su puesto al estrés o las preocupaciones que acarrearía una posición de mayor responsabilidad", señalan fuentes de la empresa de recursos humanos.

    Menos ambición

    El estudio de Randstad recoge las conclusiones extraídas tras entrevistar a 23.058 personas en 25 países a lo largo del primer semestre de este año. Los encuestados debían elegir entre tres afirmaciones que resumen su interés por conseguir un ascenso: "No me interesa en absoluto"; "Me interesa un poco" y "Es mi objetivo prioritario".

    España, donde sólo el 14 % de entrevistados eligió la última opción, se vio superada por doce países cuyos empleados tienen más vocación de promocionarse. Entre ellos, México (con un 45 % de trabajadores con el ascenso como meta prioritaria), India (con un 42 %), Luxemburgo (con el 30 % de los entrevistados), Italia (27 %) y Eslovaquia (21 %). Francia y Alemania, por su parte, registran sendos 23 %, mientras que 26 de cada cien chinos marcaron esta opción. Junto con España, Grecia también registró un 14 %, y Estados Unidos las superó pero, sorprendentemente, por poco: sólo 19 de cada cien personas afirmaron que su principal meta es la promoción.

    Además, más de la mitad de los españoles dijo no tener interés alguno en ascender (en Francia y Alemania, cerca de un 30 % de los trabajadores respondió así). Según Francisco Navarro, los resultados de la encuesta revelan la "idiosincrasia" de los españoles. "Cuando la gente habla de calidad de vida, la relaciona con trabajar poco; yo creo que la calidad de vida empieza precisamente por trabajar, tener dinero? Esa forma de pensar y ese sistema nos los hemos ido labrando a lo largo del siglo XX y seguimos haciéndolo en el XXI. Nuestro sistema educativo tampoco genera competitividad".

    Poco emprendedores

    ¿Las consecuencias de ello? "La gente no es emprendedora, no quiere asumir riesgo, es insegura", comenta este profesor.

    Un puesto directivo exige justo lo contrario y, además, requiere liderazgo, motivación, capacidad para hacer crecer a un equipo, dotes de coach (es decir, de entrenador de sus subordinados), facilidad para delegar... Entre otras cualidades.

    Ricard Serlavós, profesor del departamento de Recursos Humanos de Esade, explica: "Históricamente, el estereotipo del trabajador español se ha caracterizado por ser individualista y trabajar por libre". ¿Es que lo de ser jefes no va con nosotros? "Dirigir un equipo conlleva muchas horas de dedicación y no todo el mundo está dispuesto a renunciar a su vida personal", señala Serlavós.

    El profesor de Esade sí cree que la crisis ha podido reducir el porcentaje de personas que quieren ascender: "En situaciones como ésta, el rechazo a ese tipo de puestos se acentúa porque se hace necesario tomar decisiones más difíciles en materia de contención de gastos, recorte de salarios, despidos... Y todas estas funciones son desagradables para mucha gente".

    El aliciente del aumento de sueldo no parece ser suficiente: "El posible salto de retribución a cambio de asumir más responsabilidades no les compensa", añade el profesor de Esade.

    Puestos seguros

    "En este país, siempre se ha aspirado a ser notario, registrador de la propiedad, abogado del Estado...", dice Francisco Navarro. "Todavía hay mucha gente que no sabe que el activo más importante que tienen las personas es el conocimiento, que es necesario para ganar competitividad".

    Este profesor insiste en que el problema es la mentalidad de un país que tiene los ojos vendados ante un problema de competitividad: "Se habla de depresión postavacacional en un momento en el que hay un 20 % de paro. No lo entiendo. Yo, desde luego, estoy muy contento de tener trabajo".