Los niños epilépticos también pueden jugar a los videojuegos
Entre la población general está extendida la falsa creencia de que los videojuegos y las series de animación pueden provocar ataques de epilepsia debido a la serie Pokémon, que incluía frecuencias de iluminación rápidas con tonos rojos y que produjo varios ataques en Japón.
Sin embargo, los videojuegos solo presentan un riesgo en los casos de epilepsia fotosensible, que representa el 10% de los casos totales de epilepsia, según Jerónimo Sancho, presidente de la Sociedad Española de Neurología. "Estas frecuencias y tonos rojos se evitan actualmente, por lo que una crisis sería hoy en día excepcional", ha añadido. "Por ello consideramos que no es necesario prohibir los videojuegos a los niños con epilepsia".
Por otra parte, Juan Mercadé, coordinador del Grupo de Epilepsia de la SEN, ha declarado que "el problema son las horas de sueño que videojuegos y ordenadores quitan a los niños, que sí que pueden inducir ataques".
Falsas creencias
A pesar del avance de los tratamientos contra la epilepsia, en España existen muchas creencias erróneas sobre esta enfermedad, sobre todo relacionadas con la actuación ante una crisis, que pueden perjudicar al paciente. Esta es una de las conclusiones del Libro Blanco de la Epilepsia, una iniciativa que el Grupo de Epilepsia de la SEN y la Fundación de Ciencias de la Salud han llevado a cabo para conocer la situación de la enfermedad.
El estigma y las falsas creencias se constatan en el estudio, que ha evaluado el grado de conocimiento de la epilepsia en distintos grupos, desde los propios pacientes a médicos de diferentes especialidades y farmacéuticos, incluida la población general. El 81,6% de los médicos de atención primaria, el 48% de los pediatras y el 65,6% de los psiquiatras creen estar poco informados sobre esta enfermedad.
El Libro Blanco ha detectado que hay falsas creencias sobre la actuación en una crisis convulsiva, como el clásico error de evitar la mordedura de la lengua o sujetar a la persona para inmovilizarla. Sí se conocen otras prácticas correctas como amortiguar la cabeza, colocar de lado a la persona, aflojar la ropa del cuello y no ponerla boca abajo.
"Los errores en relación con la atención de una crisis convulsiva ponen de manifiesto la necesidad de realizar campañas nacionales, con el objetivo de que la atención de una crisis forme parte de una cultura general de primeros auxilios", ha reclamado Rosario Cantera, presidenta de la Asociación de Andaluza de Epilepsia (ÁPICE). Un discreto porcentaje de la población conoce la cirugía (21.2%), que la enfermedad puede curarse (27.8%), o que existe legislación específica sobre la conducción y riesgos laborales.
Aumento de los recursos
El escaso número de unidades médico-quirúrgicas para tratar las epilepsias resistentes en las distintas comunidades provoca que los tiempos de espera para el acceso de los pacientes se prolonguen hasta los dos o tres años. El doctor Mauri considera necesario "incrementar los recursos para conseguir un mayor número de estas unidades por todo el territorio".
Ante estos resultados, los expertos consideran importante "promover campañas de divulgación dirigidas a la población general y organizar cursos de formación a los profesionales involucrados, incluidos los medios de comunicación". "Aún existe cierta estigmatización hacia el paciente con epilepsia, sobre todo en el aspecto profesional, fruto del desconocimiento", ha ahondado el doctor Sancho. "Es falsa la creencia de que es para toda la vida", concluye.