Un estudio indica que las pruebas no asocian móviles y cáncer
Una importante revisión de investigaciones anteriores realizada por un comité de expertos de Reino Unido, Estados Unidos y Suecia concluyó que no existen pruebas convincentes para hablar de conexión entre los teléfonos móviles y el cáncer.
Los especialistas también hallaron que no existen mecanismos biológicos establecidos a través de los cuales las señales de radio de los móviles podrían generar tumores.
"Aunque sigue habiendo cierta incertidumbre, la tendencia en la evidencia acumulada es cada vez mayor contra la hipótesis de que el uso de teléfonos móviles pueda causar tumores cerebrales en los adultos", escribieron los expertos en la revista Environmental Health Perspectives.
El último informe llega dos meses después de que la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer de la Organización Mundial de la Salud (IARC en sus siglas en inglés) decidiera que el uso de teléfonos móviles debía clasificarse como "posiblemente cancerígeno para los seres humanos".
Anthony Swerdlow, del Instituto de Investigación del Cáncer de Reino Unido, que dirigió la nueva revisión, dijo a Reuters que ambas posiciones no son necesariamente contradictorias, dado que la IARC necesita colocar a los móviles en una categoría de riesgo predefinida.
"Estamos intentando decir (...) que creemos que la relación existe. Ellos (IARC) intentaron clasificar el riesgo según un sistema de clasificación preestablecido", dijo Swerdlow.
Otras sustancias consideradas por la IARC como posiblemente cancerígenas son productos tan dispares como el plomo, los vegetales en escabeche y el café.
El uso de teléfonos móviles ha crecido drásticamente desde comienzos de los 90. Actualmente hay en uso unos 5.000 millones de aparatos y la controversia sobre su posible relación con los principales tipos de tumores cerebrales -glioma y meningioma- nunca había llegado tan lejos.
El mayor estudio realizado hasta el momento, y publicado el año pasado, observó a casi 13.000 usuarios de móviles durante 10 años.
Swerdlow y colegas analizaron sus resultados en detalle pero no consideraron que ofreciera una respuesta clara, además de encontrar varios problemas metodológicos en ese estudio, ya que se basó en entrevistas y peticiones a los participantes de que recordaran su uso de teléfonos móviles en el pasado.
Asímismo, otros estudios de varios países no hallaron indicios de aumento en los tumores cerebrales hasta 20 años después de la introducción de los teléfonos móviles y 10 años después de que se expandiera su uso, añadieron los autores.
DIFÍCIL DE COMPROBAR
En ciencia, probar la ausencia de un vínculo es siempre más complejo que encontrar una asociación, y Swerdlow señaló que en los próximos años debería verse más claro si existe o no una relación entre los móviles y el cáncer.
"Este es un tema muy difícil de investigar", dijo David Spiegelhalter, profesor de la Universidad de Cambridge, que no participó en el estudio.
"Pero incluso ante las limitaciones de la evidencia, este informe es claro sobre que cualquier riesgo parece ser tan pequeño que es muy difícil de detectar; incluso en las masas de personas que actualmente utilizan teléfonos móviles", agregó.
Swerdlow es presidente del Comité Permanente sobre Epidemiología de la Comisión Internacional sobre Protección de la Radiación No Ionizante.
La comisión es la entidad internacional, reconocida por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que confecciona las guías sobre los límites de exposición a radiación no ionizante.