Esta es la importante diferencia entre hábitos y rutinas, según un experto en comportamiento
- El experto en conducta pide no proponerse hábitos sino rutinas
- El hábito es automático, por lo que no puede requerir de esfuerzo
- Para el mismo, mejorar siempre implica dificultades y requiere esfuerzo
Iago Eguileta
Madrid,
Nir Eyal es un experto en diseño de comportamiento, y autor del libro "Indistractable: How to Control Your Attention and Choose Your Life". En esta obra, el mismo se centra en dejar atrás hábitos que se puedan asociar con la distracción.
Eyal colabora con distintas empresas para elaborar nuevos hábitos, por ejemplo logrando que las personas utilicen con asiduidad un producto que les ayude a aprender un nuevo idioma. Este experto afirma que controlar la atención es "la habilidad más importante del siglo". Sin embargo, admite que no se trata de algo que se aprenda de manera formal, lo cual acentúa la necesidad de comprender esto.
Así, como primer paso para no distraerse a la hora de perseguir un objetivo, Eyal habla de la necesidad de entender qué cosas pueden realmente volverse un hábito.
¿Hábito o rutina?
Para el experto el problema es que la gente quiere convertirlo todo en hábitos, sin entender esta diferencia y sin saber que "aunque algunas rutinas pueden volverse hábitos, no todas ellas pueden". Añade que: "La definición de un hábito es el impulso por realizar un comportamiento con poca a ninguna consciencia. Pero la mayoría de las cosas que las personas quieren transformar no podrán ser cambiadas nunca". especifica.
El mismo comenta que alrededor del 45% de los comportamientos diarios son hábitos, algunos tan simples como hacerse de comer o prepararse para ir a la cama. Por lo tanto, Eyal dice que la única manera de convertir los propósitos para 2023 (o cualquier otro) en hábitos es llegar a ser capaz de realizarlos sin ni siquiera pensar en ello.
Sin embargo, el problema es que los hábitos son precisamente instintivos, y no se piensan. Alcanzar una meta requiere esfuerzo, incluso aunque sea mediante algo que se hace con regularidad (como deporte o lectura). "Si un comportamiento requiere de esfuerzo, entonces no puede ser un hábito propiamente dicho. Tenemos que dejar de decirle a la gente que todo puede hacerse un hábito, porque no es así".
El coste de creer que todo es hábito
Pero este mismo comenta que existe un énfasis cultural con respecto a los hábitos, que inculca en la sociedad una idea de su sencillez e importancia, dejando las rutinas de lado. Pero Eyal está seguro de que este problema va más allá de la semántica.
"Lo que sucede es que la gente dice: 'Estoy leyendo un libro que me asegura que todo puede ser hábito', y un par de meses después se dan cuenta de que no se trata de un piloto automático, por mucho que se lo afirmase el autor de dicha obra", explica.
Y desde ese punto, Eyal añade que todo se hace bola: "Debe de haber algo que no está funcionando, no en la metodología sino en mi... por lo que se rinden, abandonan estando en un punto peor que cuando empezaron con ese intento".
La tan necesaria dificultad
Por tanto, una vez sabido todo esto, Eyal dice que el objetivo no son los hábitos sino las rutinas, pues estas últimas sí implican reconocer la dificultad que supone cambiar los patrones del día a día. El mismo añade que si se le dice a la gente, "Mira, algunos comportamientos van a ser difíciles, lo serán siempre si los estás haciendo bien", entonces será mejor que enseñar que las cosas pueden ser sencilla de alguna manera, que según el experto es el mensaje subliminal de los hábitos.
Por su parte, cuando una persona se siente mal con un comportamiento que está desarrollando, entonces eso es algo inherentemente malo. "Si te sientes mal, estás mejorando. Espérate que sea algo difícil", afirma Eyal.
"Muchos de estos comportamientos requieren de esfuerzo", prosigue. Ante la idea sobre una fórmula mágica que puede convertirlo todo en un acto automático en unos pocos pasos, Eyal comenta que el razonamiento debería ser: "En vez de eso, aquí están las herramientas para ayudarte a tratar con la incomodidad inevitable que vendrá de la mano con ser mejor en algo".