Las infecciones ginecológicas aumentan un 50% entre las españolas en verano
- La humedad de los bañadores y una mayor sudoración hacen que se acentúen en esta época del año
Rocío Antolín
La llegada del verano es sinónimo de piscina, playa y calor. La humedad de los bañadores y el aumento de la sudoración hacen que el riesgo de padecer una infección ginecológica aumente un 50% durante esta estación del año. "El calor y la humedad ayudan a generar el ambiente propicio para que lo hongos proliferen en la zona genital", indica la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO).
Durante todo el año es importante mantener una buena higiene íntima para evitar las infecciones vaginales, pero en esta época del año se debe extremar las precauciones ya que las mujeres, sobre todo, están más expuestas a tenerlas por las circunstancias de la estación. Las infecciones en las zonas íntimas también afectan a hombres y al colectivo infantil. Los especialistas advierten de que hasta un 30% de los niños y niñas que han sufrido un primer episodio de infección urinaria no complicada, es decir cistitis, volverán a presentar un nuevo episodio.
Los síntomas más habituales de una infección son el enrojecimiento, picor, molestias con la micción, irritación en la zona vaginal y cambio en la secreción vaginal, más blanca y grumosa. Si la persona nota cualquier molestia o flujo anormal, la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia recomiendan acudir a consulta para que se pueda valorar si existe algún desequilibrio de la flora de la zona íntima.
Los tipos de infecciones vaginales más comunes son las causadas por bacterias dañinas, las infecciones por el hongo microscópico Cándida, también conocidas como candidiasis. También las provocadas por las tricomoniasis, parásito que se transmite sexualmente.
"El llevar el bikini o bañador mojado durante horas contribuye a la proliferación anormal de hongos", indican los expertos. Hay que mantener seca, en la medida de lo posible, la zona vaginal tras un baño en la playa o en la piscina. Además, el cloro o la suciedad de algunas aguas pueden afectar por lo que una ducha tras el chapuzón es recomendable.
El lavado de la zona vaginal debe ser siempre en la zona externa, solo con agua o con jabón neutro, sin perfume. No obstante, el exceso de lavado es contraproducente ya que puede reducir las defensas naturales y alterar el pH vaginal. En resumen, lavarse frecuentemente, es decir, tres o cuatro veces al día, usar jabones íntimos no certificados no están recomendados.
En cuanto a la ropa interior, se recomienda que la que se utilice sea de algodón y no muy ceñida ya que ayudará a una correcta transpiración y sequedad. Los tejidos de licra no transpiran y favorecen que la zona íntima esté humedecida y sea susceptible de coger infecciones. También se recomienda evitar protectores, conocidos comúnmente como salvaslip ya que favorecen el calor y la humedad de la zona. Además, al ser sintéticos pueden producir dermatitis y alergias. Por otro lado, es de gran importancia cambiar de forma constante la compresa, tampón o copa menstrual para prevenir infecciones.
La Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia no recomienda utilizar geles íntimos, cremas u óvulos ya que "el empleo de productos calmantes puede encubrir la afección, provocando que esta se agrave. Estos pueden comprarse en las farmacias a pie de calle y no se necesita receta para ello. Además, la toma de medicamentos sin supervisión sanitaria provoca cambios en la flora vaginal. Las defensas bajan y propician un mayor riesgo de desarrollar infecciones en la vagina o la vulva. "Evitar la automedicación puede ser la mejor opción para tratar de solucionar el problema", indica a sociedad.
Un complemento que se puede utilizar para aumentar las defensas son los probióticos. Este tipo de productos ayudan a regenerar la flora vaginal y también mejoran su protección. Además, favorece el aumento de las defensas y la prevención de hongos externos e infecciones vaginales y urinarias como la cistitis. Esta se desarrolla cuando algunas bacterias patógenas, principalmente E.Coli que es responsable del 85% de las infecciones no complicadas en mujeres y del 70% en adultos, colonizan la piel que rodea la uretra y accede a la vejiga urinaria incluso a los riñones.