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El secreto de LeBron James para 'hackear' su cuerpo a los 40 años gastando 1,5 millones al año: siestas, dieta estricta y crioterapia

LeBron James entrenando en una pista de baloncesto. Firma: @kingjames

Álvaro Elías

Nos estamos acostumbrando a que los deportistas de élite cada vez sean más longevos, estirando sus carreras hasta más allá de los 40 años de edad y siendo aún competitivos. No está siendo porque el nivel de las ligas esté bajando de ritmo, incluso el calendario está más apretado en la actualidad, se debe principalmente al compromiso de los propios jugadores en controlar cada detalle de su cuerpo y su alimentación.

En el fútbol destacan los ejemplos de Cristiano Ronaldo o Modric, en Fórmula 1 el caso de Fernando Alonso o el de Tom Brady en la NFL. En la NBA, el caso más reseñable es el de LeBron James, el jugador de los Ángeles Lakers cumple 40 años en diciembre.

Ha iniciado este otoño su temporada número 22 en la élite, igualando el récord de Vince Carter. Lo que más ha asombrado es que ha sido capaz de ser el primer jugador que ha conseguido jugar con su hijo (Bronny de 20 años) en la NBA, además de hacerlo en el mismo equipo.

Estos hitos no han llegado de casualidad y dominar la competición durante más de 20 años requiere de una disciplina y de unos sacrificios que a día de hoy siguen dando sus frutos. Las claves están en su nutrición, preparación y, sobre todo, en la recuperación después de los partidos. Un cuerpo del que ha conseguido hacer una máquina perfecta a sus casi 40 años.

La dieta de LeBron James: comer carbohidratos y evitar azúcares, frituras

En el apartado de la nutrición, las reglas del estadounidense son básicas: evitar bebidas artificiales, azúcares y los alimentos fritos. Le da mucha importancia a comer orgánico todo el año y mantener una hidratación adecuada, consumiendo muchos carbohidratos. Considera que los azúcares ralentizan el tiempo de recuperación.

Un ejemplo de su dieta en un día normal. En el desayuno toma tortilla de claras de huevo con salmón ahumado más tortitas sin gluten con frutos rojos. Para comer, pasta integral, salmón y verduras y, en la cena, pollo a la parmesana con ensalada de rúcula y una copa de vino Cabernet.

LeBron James junto a su hijo Bronny en un partido de los Ángeles Lakers. Firma: @kingjames

Cómo es el entrenamiento de LeBron James

En cuanto al ejercicio, durante la temporada, además de los entrenamientos de equipo, LeBron James busca desarrollar la resistencia muscular y optimizar sus sesiones en el gimnasio todos los días de la semana. En su rutina hace ejercicios que incluyen múltiples grupos musculares, como levantar peso muerto y sentadillas con muchas repeticiones y pesos más ligeros.

La recuperación: cámara hiperbárica, crioterapia y baños de agua con hielo

En la faceta de recuperación, el jugador de baloncesto no escatima en las mejores herramientas de 'biohacking'. Después de los partidos o de entrenar se mete en una bañera con hielo que consigue aliviar el dolor, reducir el dolor muscular y mejorar el estado de ánimo y el de alerta.

Usa también una cámara hiperbárica que le aporta oxígeno puro a alta presión. Con esto consigue un incremento de oxígeno en el torrente sanguíneo llegue a más tejidos y órganos, potenciando la curación del cuerpo al aportar energía adicional para la reparación celular y reducir la inflamación.

Otro de sus aliados es la cámara de crioterapia que simula los efectos de un baño de hielo, reduciendo la inflamación y el dolor en menos tiempo. Es una cámara donde el nitrógeno líquido gasificado enfría el aire que rodea. También usa terapia de luz roja, botas de compresión, trabajo de tejidos blandos y baños de contraste frío-calor.

La importancia del sueño: dormir 12 horas, siestas y habitación a 20 grados

En el plano de la recuperación, no todo es tecnología. El sueño es su gran aliado. Su objetivo es dormir 12 horas cada noche. Duerme siestas varias veces al día, durante los vuelos o entre sesiones de entrenamiento.

Cada vez que duerme, intenta que su habitación esté a una temperatura de 20 grados, oscuridad completa y sin televisión ni teléfono, apagando todo entre 30 y 45 minutos antes de irse a la cama.