Vienen curvas en el sector 'fashion retail' en España. Inside, la cadena de ropa española propiedad de la familia Pardo, se encuentra en negociaciones con la banca para supervisar su plan de negocio de cara a los próximos años, después de que la firma haya cerrado con pérdidas durante el pasado año y siga arrastrando efectos de la crisis del Covid-19, según distintas fuentes financieras consultadas por 'elEconomista.es'. Las entidades financieras han solicitado a los gestores de la compañía que aceleren en el cierre de tiendas no rentables y ajusten su red casi un 30%, bajando la persiana a cerca de 100 establecimientos. En paralelo, la empresa, una cotizada en la bolsa española desde su matriz Liwe Española, está tratando de convencer a un grupo de entidades, encabezadas por CaixaBank -también figuran Banco Santander y BBVA-, para que mantenga activas las líneas de circulante y siga apoyando las necesidades financieras del grupo. La contraprestación de los acreedores, que trabajan con Alvarez & Marsal y Uría Menéndez como asesores financieros y legales, respectivamente, es tomar como garantías activos libres de cargas, desde el stock de las tiendas al almacén y sede de la compañía en Murcia. Liwe, que no ha contestado a las diferentes peticiones de información de este periódico, está trabajando en su plan de transformación con Crowe, firma experta en reestructuraciones. Anteriormente, mandató a EY para un plan de transformación durante 18 meses, si bien el contrato se resolvió antes de tiempo. Con todo, fuentes cercanas a la cadena de ropa aseguran que las negociaciones avanzan positivamente con vistas a llegar a un acuerdo. El cierre de establecimientos de Inside lleva siendo una constante desde hace años. La compañía ha pasado de tener una red de 371 establecimientos a contar con 337 entre 2023 y 2024 -antes del Covid llegó a tener hasta 400-, de acuerdo a la documentación depositada ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). La empresa tiene su mayor mercado en España, si bien también cuenta con puntos de venta en Portugal (13), Italia (4) y Grecia (2). El pulso llega después de que la compañía haya presentado sus cuentas de cierre de año con menos ventas y más pérdidas. Las cuentas de la compañía arrojan que la firma tuvo números rojos de 24,7 millones de euros, un ebitda de 1,6 millones de euros y las ventas cayeron de 128 millones de euros a 109,18 millones. La entidad sostiene en su informe de gestión que el ejercicio pasado fue un "año de transición", en el que se inició una transformación a la que dará continuidad con su nuevo plan estratégico para el periodo 2025-2029 para "reforzar su propuesta de valor, optimizar el modelo operativo y volver a la senda de la rentabilidad". Liwe todavía no ha depositado ante el supervisor bursátil su informe anual consolidado, cuyo auditor durante los últimos años ha sido ETL Global. Algunos analistas financieros también supervisan el estado de salud de la compañía al tratarse de una cotizada. Lighthouse afirmó en su último trabajo que la empresa arrastra desde los últimos cinco años una caída en ventas media anual del 3,9%, si bien el margen ebit había aumentado en el mismo periodo. La casa de análisis también detectó un aumento en el apalancamiento. Liwe no es la única empresa textil que negocia ahora mismo con sus acreedores. Merkal, firma de calzado femenino con 200 establecimientos en España y propiedad de OpCapita, está tratando de poner en orden su pila de deuda. Negocia desde el pasado año para fijar un nuevo calendario para un tramo 30 millones de euros. La compañía trata de capear el temporal después de que OpCapita, conocido en España también por haber sido propietario de la cadena de congelados La Sirena hasta 2021, diese un balón de oxígeno a la compañía en el último año.