Retail - Consumo

Aprender del pasado para planificar el futuro

    La energía solar se presenta como una alternativa estratégica para la industria espaola.

    Chris Cederskog

    Hace tan solo unas semanas, Mercadona realizó una inversión estratégica clave para fortalecer el futuro de su negocio, y además ha establecido un nuevo listón en sostenibilidad del tejido industrial de nuestro país. La empresa de gran consumo ha anunciado la apertura de su mayor planta fotovoltaica en Abrera, Barcelona, con una inversión cercana a los 7 millones de euros. Con esta inversión en energías renovables, la empresa se está garantizando un precio estable a largo plazo para uno de los costes más importantes de su operación: la energía. Y le ha consolidado como una pionera en energías renovables, y firmemente comprometida con una economía sostenible.

    A día de hoy, muchas empresas son conscientes de la importancia de asegurar sus futuras necesidades de electricidad. La calefacción, la refrigeración, el funcionamiento de la maquinaria y la carga de vehículos son solo algunas de las áreas en las que se utiliza electricidad en una empresa. Por este motivo, instalar paneles solares se ha convertido en la forma más sencilla y rentable de generar electricidad de manera fiable, constante y a un precio fijo. Aunque la realidad es que, en un contexto como el actual en el que los precios no suponen una presión excesiva para los márgenes, no todas las compañías lo están haciendo. Queda mucho camino por recorrer en este sentido.

    Es importante recordar que la crisis energética desencadenada por la guerra de Ucrania puso de relieve la vulnerabilidad del sector industrial ante la inestabilidad del mercado energético global, así como la urgente necesidad de encontrar soluciones más previsibles y sostenibles. Como respuesta a este reto, las inversiones en energías renovables, como la instalación de paneles solares, comenzaron a ganar protagonismo como una estrategia para asegurar un suministro energético más estable y asequible a largo plazo. Esta crisis también propició un debate más amplio sobre la dependencia energética y la necesidad de diversificar las fuentes de energía para mitigar futuros riesgos similares.

    En definitiva, esta situación despertó en las empresas españolas la necesidad de abordar la transición energética. Ahora, dos años y medio después del inicio del conflicto, y con los precios de la electricidad considerablemente más bajos, la energía fotovoltaica se presenta como una oportunidad económica estratégica para España, no solo como una vía de ahorro.

    Cuando una empresa busca aportar estabilidad y fiabilidad a sus costes de electricidad para los próximos 10-20 años, debe tener en cuenta la volatilidad de los últimos años, a pesar de que los precios de la energía sean actualmente bajos. La realidad es que el futuro es incierto y es poco probable que los precios se mantengan así. Aunque nadie puede predecir con certeza cuándo cambiarán, la volatilidad es prácticamente inevitable.

    Por ello, para mitigar los efectos de las fluctuaciones en el recibo de la luz que deben asumir las empresas, las placas solares se presentan como una solución rentable y decisiva a medio y largo plazo. Estas instalaciones generan energía de forma constante y predecible, disminuyendo así la demanda de electricidad de la red y reduciendo la dependencia de energías fósiles, que resultan mucho más caras. Además, la incorporación de más sistemas de autoconsumo contribuye a equilibrar la oferta y la demanda energética, lo que, en cierta medida, ayuda a reducir los precios de la electricidad.

    Ventaja competitiva

    Además, hay que tener en cuenta que la instalación de placas solares, baterías y/o cargadores de coches no solo permite reducir la dependencia de fuentes convencionales, sino que también confiere al tejido empresarial una ventaja competitiva significativa frente al de naciones del norte de Europa, dado que el coste de producirla aquí es mucho más barato.

    La adopción de estas tecnologías no solo asegura un suministro energético más seguro y económico, sino que también sitúa a las empresas como pioneras en sostenibilidad. Esto ayuda a impulsar su reputación y a atraer a más consumidores y socios comerciales comprometidos con la lucha contra el cambio climático. En este sentido, la inversión en energías renovables es una apuesta segura para un futuro próspero y sostenible.