Retail - Consumo

La inflación sitúa a la marca blanca casi en el 50% de la cesta de la compra

Las marcas blancas han crecido en dos años hasta representar casi la mitad del gasto en supermercados.

Javier Mesa

Los datos parecen indicar que entramos en un año de cambio de rumbo tras el ciclo de crisis generado por la pandemia y unas tensiones inflacionistas que han provocado alzas continuadas de precios. Pero los consumidores no se fían, a tenor del índice GfK Euro Clima de Consumo que indica que los españoles cerraron el 2023 con desconfianza acerca de su futuro económico.

Si la media europea de incertidumbre se situaba en diciembre en un -8, en nuestro país se encontraba en el -19, dibujando un 2024 con pocas esperanzas de los españoles en mejorar sus ingresos y, en consecuencia, con una previsión de seguir restringiendo sus gastos.

Ante esta contención por parte de unas familias con presupuestos cada vez menores, los expertos prevén que la marca blanca siga marcando diferencias también en 2024. Así lo reconoce César Valencoso, Consumer Insights Consulting Director en Kantar Worldpanel, que augura un año marcado por una estabilización en el volumen de ventas del gran consumo y un crecimiento del peso de la marca del distribuidor, aunque ralentizado, tras haber vivido en estos dos últimos un verdadero acelerón a pesar de haber incrementado sus precios. De hecho, su peso en el gasto total en el gran consuno ha pasado del 38,5% en 2021 al 43,7% en 2023, según Kantar, un porcentaje que NIQ eleva hasta el 48%.

Todas las cadenas participan

Al apretarse el cinturón, los españoles han dado la espalda a las marcas del fabricante sustituyéndolas por las del distribuidor, más baratas y con un surtido que las cadenas no han dejado de aumentar. Según datos de Kantar, todos los operadores ampliaron su surtido propio en 2023 y, aunque Eroski, Alcampo y Consum fueron los que más sumaron, el mayor peso de estos productos sobre su facturación lo presentaron Lidl (82,1%), Mercadona (74,8%) y Aldi (69,3%).

Y es que, tras dos años de incesantes subidas de precios, una compra media de 100 euros de 2019 ha pasado a costar 126 a cierre de 2023, según los cálculos de NIQ. La consultora, que la semana pasada presentó su informe de tendencias, ha certificado un récord en el gasto de los españoles el año pasado con un desembolso de 117.000 millones en compras, un 10,4% más en un año en el que los precios subieron un 9,4%. El 2023 también apuntaló el liderazgo de Mercadona en la distribución con un avance de 0,6 puntos hasta alcanzar una cuota de mercado del 27,6%, gracias a su decidida apuesta por la marca propia.

En términos generales, los datos de NIQ dejaban a la marca del distribuidor, con una cuota del 48% en gasto , a las puertas de igualar a la enseña del fabricante. Datos que invitan a pensar en un posible sorpasso este año no faltan. De hecho, esta misma consultora, recuerda que las cestas de la compra donde solo están presentes productos con marca del distribuidor ascienden ya a dos de cada diez (21,3%), recortando diferencias con las que están compuestas únicamente con referencias de fabricante (28,8%). En apenas dos años estas cestas 'blancas' han crecido 4,1 puntos porcentuales mientras que las 'marquistas' han perdido 1,4 y las que combinan los dos tipos de productos se han resentido en 2,8 puntos.

El año pasado todos los departamentos del supermercado experimentaron un aumento del gasto en marca blanca, aunque la sección con mayor dominio siguió siendo la de droguería y limpieza, donde se lleva el 60% de las ventas tras crecer un 1%. Los mayores avances se dieron en alimentación y bebidas, ambas con un aumento del 2%, y cuotas del 52% y el 23%, respectivamente. En el apartado de perfumería e higiene (+0,3%), las enseñas propias supusieron un 33% del gasto. Con estos datos y a pesar de que los expertos esperan que en 2024 el factor precio no sea tan determinante, el desequilibrio en favor de la marca blanca dependerá de la estabilidad de un año que, de momento, ha empezado tensionado por el Mar Rojo.