Retail - Consumo

Carlos Palomar (Aepla): "Desproteger los cultivos supone menos producción y alimentos más caros"

  • "La UE se ha dado cuenta de que no se puede seguir con la idea de que produzcan otros"
  • "La renovación del uso del glifosato es muy razonable para la mayoría de los usos que tenemos"
  • "La Directiva actual sobre fitosanitarios ha funcionado muy bien y España es un ejemplo"
Carlos Palomar, director general de Aepla (David García). Archivos.

Rafael Daniel
Valladolid,

Carlos Palomar considera que el rechazo del Reglamento del Uso de Fitosanitarios y la renovación del glifosato son el reflejo de que en la UE se ha impuesto el pragmatismo y la realidad. El director general de la Asociación de Empresas de Protección de las Plantas defiende producir más con menos pero por la vía de la eficiencia y no a través de la desprotección de los cultivos, que supondrá encarecer los alimentos.

-El Pleno del Parlamento Europeo ha rechazado la propuesta de la Comisión sobre el reglamento de Uso de Fitosanitarios ¿como lo valora?

Es un caso sumamente extraño en el que el Parlamento tras dos años de discusión intentando enmendar la propuesta de la Comisión no ha llegado a ninguna opinión por la discrepancia entre los Comités de Agricultura y de Medio Ambiente. En el primer caso, se puso bastante pragmatismo porque no estamos en la misma realidad que cuando se plantearon el famoso Pacto Verde y la Estrategia De la Granja a la Mesa. Hemos pasado por una guerra en Ucrania, una crisis de suministros, una inflación tremenda en los alimentos, sequía y ahora no está tan clara la seguridad alimentaria en el sentido de alimentos suficientes y asequibles. El Parlamento ha sido pragmático y ha decidido devolverlo a los corrales.Esperemos que los toros que ya están toreados no se vuelvan a torear y se haga una nueva propuesta.

-¿En qué sentido debería modificarse ese Reglamento para que sea viable?

Desde el principio dijimos que era una propuesta un tanto atropellada porque los objetivos eran muy ambiciosos en periodos de tiempo muy rápidos, en 2030, y eran los mismos para todos los países sin considerar la evolución de cada uno, el estado de su agricultura y la necesidad que tienen de fitosanitarios. La Directiva vigente ha funcionado muy bien especialmente en algunos países y España es un ejemplo de buen funcionamiento y la labor del sector y del Ministerio de Agricultura con los planes de acción nacional ha sido fantástico. En general en toda Europa. La disminución del uso y riesgo de fitosanitarios había sido hasta 2017 del 33%, con lo que el 50% se podía conseguir pero en nuestra opinión menos por la imposición que por la propia evolución del sector. Y eso necesita dar tiempo para que haya nuevas soluciones de menor riesgo, que hay que autorizar, registrar y demostrar que son seguros, tanto los clásicos como los modernos. Además, hay que dar tiempo a que las nuevas tecnologías lleguen a todos los agricultores. Y ahí sí, la eficiencia en el uso, que siempre se ha dado, seguirá creciendo.

-¿Y sobre las zonas sensibles?

En el reglamento nos parecía muy mal la definición de zonas sensibles en las que no pueden aplicarse ningún producto fitosanitario. La primera era del 40% de la superficie cultivada española, lo cual no tiene sentido porque no utilizar los fitosanitarios es desproteger los cultivos y eso supone pérdida de la producción, de rentabilidad y abandono de las explotaciones agrícolas y ya llevamos unas cuantas como para encima meter más presión. El abandono significa también vaciar zonas e ir a un medio ambiente mucho más pobre. El equilibrio entre agricultura y biodiversidad existe en muchas zonas, como en las Zepa o la Red Natura 2000, que permite la sostenibilidad ambiental, económica y social. El abandono es lo contrario a la sostenibilidad. Hay que profundizar en lo bueno de la Directiva y también en lo bueno que planteaba este Reglamento, en el que sin embargo se ponía poco énfasis en el desarrollo de la gestión integrada de plagas. En España tenemos casi 50 guías para todos los cultivos, tenemos la figura del asesor desde 2009… y en eso hay que seguir profundizando porque no se consigue de un día para otro. Profundicemos en eso y en las nuevas tecnologías. Nosotros estamos trabajando mucho en el uso de los drones, no solo para identificar y tomar decisiones, sino también para aplicar productos fitosanitarios de manera absolutamente precisa y selectiva. Para eso tiene que haber un entorno regulatorio que lo permita. Ahora aplicar con un dron está prohibido y hay que solicitar una autorización excepcional…Todo esto no fomenta precisamente la opción de las nuevas tecnologías sino todo lo contrario. Ahí si que se necesita que se ponga el acento: en tener menos burocracia, en sistemas que permitan acelerar la llegada de la tecnología. Que se apuntara en el nuevo reglamento sería un éxito que apoyaríamos sin duda.

-La renovación del glifosato por parte de la Comisión Europea es una buena noticia para la industria de los fitosanitarios, aunque con matices…

No entiendo la razón por la cual si tenemos una ley que dice que un producto seguro debe renovarse por 15 años, con el glifosato se haga una especie de traje a medida y sea por 10 años. Es un poco absurdo. Pero es bueno que al final se haya impuesto el pragmatismo y la realidad después de un proceso en el que cuatro países no sospechosos de ser laxos como Francia, Holanda, Suecia y Hungría lo hayan estudiado conjuntamente y de que miles de documentos demuestren que el producto es seguro. Lo que ha existido a la hora de votar es que muchos países se han puesto de perfil y se han abstenido, incluido Francia que fue uno de los que hizo el informe y dijo que era seguro. A nosotros nos gusta porque al final cuando se politizan y se toman decisiones no basadas en la Ciencia sino en programas de los partidos políticos es mala cosa. Lo que ha salido es muy razonable para la mayoría de los usos que tenemos.

"Nuestras empresas plantean inversiones de 4.000 millones en biosoluciones y 10.000 en digitalización hasta 2030"

-Sin embargo, los países tendrán de cualquier manera capacidad para regularlo

Tienen potestad para restringir los usos en los cuales se autoriza cada uno de los productos formulados y ahí puede ser que veamos diferencias entre países. A España hay que reconocerle la coherencia y la consistencia al votar a favor de la renovación tanto hace seis años como ahora a pesar de todas las campañas, porque es un producto fundamental en nuestro país sobre todo si queremos desarrollar agricultura de conservación que es uno de los puntos estrella de la nueva PAC y los ecorregímenes, algo que tiene un enorme potencial y es muy necesario en España porque tenemos unos suelos empobrecidos en materia orgánica y se precisan herbicidas. El más versátil, económico y fundamental en la situación actual es este. No había ninguna razón para que nos diésemos un tiro en el pie y abandonáramos una herramienta tan fundamental para los agricultores españoles.

-Lo decía porque Sumar, uno de los socios del Gobierno, ha pedido su prohibición en España...

Me gustaría que España siguiera siendo coherente y apoye, en un contexto riguroso en el que se ha concluido que el glifosato es seguro, que las decisiones no se basen en programas políticos o filias y fobias que cada uno pueda tener. Sería un mal precedente legislar sin la Ciencia y esperamos que no sea así. En España en la aprobación de cualquier producto participan el Ministerio de Transición Ecológica, el de Sanidad y el de Agricultura y en el equilibrio entre estos se hará la revisión".

-Recientemente decía que el principio de precaución se utiliza como excusa para no tomar decisiones…

El principio de precaución está muy bien siempre que no te paralice. Debe estar combinado con el principio de la proporción. Si para tener el riesgo cero me quedo en mi casa y no voy a trabajar, ni a comprar entonces me muero de inanición y parálisis y eso es lo que no podemos soportar en esta ni en otras tecnologías. ¿Por qué mantener la prohibición del uso de drones cuando podemos demostrar que es tan seguro como la aplicación con un pulverizador montado en un tractor? O prohibir el glifosato u otros productos esperando más datos, y tenemos miles y miles y la experiencia de más de 40 años de uso, buscando que nos demuestren lo contrario. Hay que encontrar el equilibrio de los beneficios y los riesgos y eso es lo que pedimos. Y A veces el principio de precaución es invocado por gente que no quiere tomar una decisión para salvar su imagen.

-El rechazo al Reglamento de fitosanitarios y la renovación del glifosato parecen un cambio de postura de la UE. ¿Cree que se está dando cuenta de que no puede legislar en contra de sus intereses?

Quiero creer que sí. Nos hemos encontrado con una realidad y es que todo el mundo necesita comer y si no queremos extender la pobreza en nuestra sociedad los alimentos tienen que ser asequibles. Ahora en la renta de las personas los alimentos suponen el 12% y si renunciamos a producir y asumimos que los alimentos puedan subir indefinidamente y que sean el 20% de la renta sería un empobrecimiento. Nos hemos dado cuenta de que no podemos seguir gratuitamente con la idea de que produzcan otros y por eso hayan cambiado estas decisiones. Lo que hace cinco años, como el Reglamento de Usos Sostenibles, se daba por hecho ahora se decide repensarlo un poco. O la aprobación de las nuevas técnicas de edición genética, que son alternativas complementarias al uso de los fitosanitarios pero también porque permiten producir más y mejores alimentos en condiciones como las que vamos a sufrir con el Cambio Climático. En este caso no habrá tiempo para aprobarlo antes de las elecciones pero hay un consenso suficiente para que se vuelvan a tomar las discusiones donde se han dejado y tengamos un sistema regulatorio en estas nuevas técnicas que permitan no perder el tren que ya han tomado otros países como Estados Unidos o China…Eso también es indicativo de que estamos siendo mucho más realistas de lo que éramos hace cinco años.

-¿Cómo ha evolucionado el uso de fitosanitarios en España y en la UE?

La página del Ministerio de Agricultura muestra el resumen cada dos años de todas las actuaciones que se han hecho dentro del Plan Nacional de Usos de Fitosanitarios, los miles de pulverizadores que se han inspeccionados cada año, a cuantos agricultores se ha asesorado o los carntes que se han dado a los agricultores… Ahí podemos incidir en profundizar. La red de monitoreo de aguas, la red de monitorización de la biodiversidad nos muestra que hay un avance brutal en cómo se usan los fitosanitarios. Siempre ha habido una progresión, pero introducir una directiva con la que hay que hacer un plan cada año permite poner el foco en determinadas áreas para seguir mejorando. Ha sido un progreso excelente. Antes citaba las guías de la gestión integrada de plagas. Que haya unos comités de expertos en cada cultivo que dicen como hacer, qué alternativas tenemos, cómo prevenir las plagas y enfermedades, como vigilarlas, cuál es el umbral de tratamiento y qué productos utilizar categorizados y priorizados ha sido fundamental. Ahora se vigila, se previene y se actúa cuando hace falta y no más. Ahora lo que tenemos que hacer es introducir esas nuevas tecnologías que permitan hacer más. El cuaderno digital va a ser un avance importante y se va a permitir una aplicación más inteligente.

-¿Qué pasos está dando las empresas asociadas a Aepla para favorecer la transición verde de la agricultura?

La revisión de sustancias activas ha hecho que hayan desaparecido dos terceras partes de ellas y que haya un desarrollo acelerado de biosoluciones. En el horizonte de 2030 nuestras empresas plantean una inversión en Europa de 4.000 millones de euros en nuevos productos y 10.000 en nuevas tecnologías de agricultura de precisión y digitalización. Es un compromiso en el que están. Pero la inversión no servirá de nada si tenemos un marco regulatorio que sea una restricción y no un acelerador de la innovación. Hacer más con menos está muy bien pero por la vía de la eficiencia no de desproteger los cultivos y producir menos alimentos y más caros. Poner una prohibición gratuita, no pensada, indiscriminada y que no contempla las condiciones de cada cultivo es un poco burdo. En España, que somos frontera y nos viene una nueva plaga cada año y medio, hay que considerar eso antes de decir café para todos.