Retail - Consumo

Aires acondicionados sin tubo: climatizadores que dan el pego

  • De aire acondicionado tienen el nombre, ya que en realidad son climatizadores evaporativos y su funcionamiento es completamente diferente
  • En ningún caso procuran la misma sensación de frescor que el aire acondicionado convencional
Cecotec

Luis M. García

Los denominan aires acondicionados sin tubo y se han puesto de moda por sus bajos precios, que poco tienen que ver con los de los aires acondicionados convencionales, pero estos aparatos son otra cosa y están lejos también de ofrecer un rendimiento similar.

En realidad, los aires acondicionados sin tubo no son verdaderos aires acondicionados, sino climatizadores evaporativos que no se valen de gases refrigerantes y funcionan de manera completamente diferente.

Tampoco tienen nada que ver con los aires acondicionados portátiles con tubo, que funcionan como los fijos. Los aires acondicionados tradicionales extraen el calor de las habitaciones y lo mandan al exterior. Para ello cuentan con un compresor y usan gases refrigerantes que tienen que ser expulsados de alguna manera. De ahí el tubo.

Por su parte, los aparatos de aire sin tubo aspiran el calor valiéndose de un ventilador, pasan el aire por una serie de filtros humedos para enfriarlo y lo devuelven a la estancia para proporcionar más frescor y un descenso de la temperatura.

Lo cierto es que estos aparatos se parecen más a los ventiladores que a los aires acondicionados, aunque hayan adoptado su nombre. Algunos de ellos disponen también de bomba de calor para caldear la casa en invierno.

Pese a todo, y aunque estén a años luz de los aires acondicionados, los aparatos sin tubo sí permiten bajar la temperatura, aunque no tanto como los aires acondicionados convencionales.

Agua o hielo

Como no disponen de compresor, consumen poco, prácticamente como un ventilador, y esa es también una de sus principales ventajas al igual que su precio, ya que existen aparatos de estos desde unos 50 euros e incluso por menos, hasta cerca de 200.

Los aires sin tubo, además, no conllevan ningún tipo de instalación, apenas emiten ruido y pueden colocarse en cualquier parte, así que es posible desplazarlos a todas las zonas de la casa.

Basta con enchufarlos para que comiencen a cumplir su función, que se le complicará cuanto mayor sea la estancia a acondicionar. De hecho, son poco prácticos para habitaciones de más de 20 metros cuadrados.

En todo caso, debemos tener claro que los aires acondicionados sin tubo poco tienen que ver con los aires acondicionados convencionales y en ningún caso procurarán la misma sensación de frescor que estos.

Y ojo, porque es necesario llenarlos de agua o de hielo cada cierto tiempo y el depósito ha de mantenerse bien limpio. Cuanto más hielo, mayor frescor.

Rinden mejor en zonas secas. Son poco efectivos en las humedas y en ese caso incluso pueden propiciar que aumente la sensación de bochorno.

Más portátil, imposible

Como vemos, los aires acondicionados sin tubo, que en realidad son climatizadores portátiles, pueden trasladarse a cualquier lugar de la casa, aunque más portátil que el aire acondicionado personal, imposible.

En 2020, Sony presentó Reon Pocket, un dispositivo de aire acondicionado portátil que se lleva encima y que va instalado nada menos que en una camisa especial, que tiene un bolsillo en la parte superior de la espalda para acomodar el aparato.

Se trata de un pequeño dispositivo con un ventilador que aleja el aire caliente del cuerpo. Se conecta a un smartphone por bluetooth y se ayuda de una app para ajustarlo manualmente tanto en dispositivos iOS como Android, aunque también cuenta con un modo automático.

El Sony Reon Pocket incluye unos sensores de temperatura y movimiento. Puede ajustarse según la actividad que se realice y, como los móviles, incluye una batería que en este caso dura entre dos y cuatro horas.

El dispositivo cuesta poco más de 100 euros, a lo que hay que sumar el precio de la camisa que sirve de soporte, que sale por 18 euros. Algunos de quienes lo han probado aseguran que alivia en parte los calores del verano, pero le ponen la pega de llevar ese mamotreto en la espalda, que puede ser un tanto incómodo.