Divorcio en el cine español
Un año más, la grieta se abre honda y escarpada. El gusto de los académicos que seleccionan las mejores películas del año no coincide con los filmes que el público selecciona, mayoritariamente, para ir a ver al cine. Solo hace falta poner el ojo en 'Torrente 4', el exitazo de Santiago Segura al que no han nominado ni al mejor sonido.
'Torrente 4', dirigida por Santiago Segura, ha acaparado el 20% de la recaudación de toda la taquilla española y ni siquiera ha sido nominada a un premio técnico. Ni a sonido. Otras de las películas más taquilleras e igualmente repudiadas como candidatas a galardón en el año anterior fueron 'Fuga de cerebros 2' o la película basada en la serie de televisión 'Águila roja'.
Cierto es que esta situación no sucede solo en España. Las tendencias mayoritarias y más comerciales rara vez coinciden con los estándares de excelencia artística al que suelen ir ligados los premios. Aunque resulta relevante destacar que, en otras industrias cinematográficas más potentes, como la estadounidense o la francesa, sí se puede apreciar un mayor equilibrio que suele sustentarse por campañas fuertes de publicidad para dar a conocer un título y convencer al público para que acuda a la sala.
¿Lo es todo la publicidad?
Las películas buenas no necesitan de publicidad, suele decirse, porque la mejor estrategia de marketing es el boca a boca. La realidad se impone y esto solo es una verdad a medias. 'Blackthorn', sin ir más lejos, un western dirigido por Mateo Gil, que contó con el respaldo de la crítica, solo llegó a 55.000 espectadores influida, quizá, por una mala fecha de estreno para un filme de su categoría, en pleno verano.
El tirón de la tele
Las películas con mayor recaudación coinciden también con las que tienen como protagonistas a jóvenes estrellas de la televisión, encumbradas gracias a series con importantes cuotas de audiencia. Esto es lo que ha sucedido, por ejemplo, con las anteriormente citadas 'Fuga de cerebros 2' o 'Águila roja'.
Además, si tenemos en cuenta que los adolescentes suponen un altísimo porcentaje de los espectadores de las salas, los temas favoritos vendrán marcados habitualmente por historias juveniles y comedias sin dobles fondos. Para reírse y pasar el rato, en definitiva.
'Torrente 4', en este sentido, ha cimentado un claro éxito gracias a la rapidez de reflejos de Santiago Segura en captar ?y explotar- un gusto muy español por el humor socarrón y cutre, con la chusma social como protagonista.
Cuestión de confianza
¿No gustan entonces al público español películas como La voz dormida o Blackthorn? Más bien, la pregunta no debería referirse a un tema de preferencia, de gusto, sino de confianza. ¿Confía el público español en las películas producidas en nuestro país? Y entonces la respuesta será más rotunda y más acertada al decir que, en general, no. Y por eso no pueden llegar a gustar porque, de primeras, ni siquiera se les ha dado esa posibilidad.
Los españoles siguen sin confiar en la calidad de su cine y, por tanto, no eligen uno de estos títulos frente a la amplia oferta hollywoodiense. Cambiar la percepción compartida socialmente sobre el cine es una labor complicada que no termina de culminar, y a la que la piratería ha puesto en estos tiempos las trabas de un cada vez menor respaldo económico en la taquilla.
Y lo que la taquilla no arregle?