Los escaños más 'baratos' decidirán el presidente de Gobierno tras el 28-A
- Estas elecciones serán las más reñidas de la democracia española
Carmen Obregón
En las últimas elecciones legislativas de 2016, a Ciudadanos le costó la nada despreciable cifra de 96.617 votos obtener un escaño, mientras el PNV necesitó 57.243 votos para conseguir el mismo objetivo. La eterna reivindicación de los partidos más pequeños de carácter nacional, frente a las formaciones nacionalistas, protagonizarán las elecciones más reñidas de la democracia, esta vez con mayor número de formaciones en liza.
Así, mientras en Madrid para alcanzar uno de sus 36 escaños se necesitan 136.611 votos, en Soria o en Teruel serán necesarios alrededor de 38.422,5 votos. La diferencia la marca la proporcionalidad que se le asigna a la densidad de población. Solo hay que fijarse en el caso de Asturias, con una población de un millón de habitantes, y un área metropolitana de 850.00, y que reparte ocho escaños. Pues bien, el Principado asturiano necesita el voto de 139.211 personas solo para un escaño, frente a circunscripciones como Teruel, a quien le corresponden tres escaños por 174.549 habitantes, luego, 38.422 votos por escaño.
La gran paradoja de la próxima cita electoral, que llevará a casi 37 millones de votantes a las urnas el 28-A, es que las circunscripciones más pequeñas, aquellas donde se reparten menor número de diputados, pero también donde el escaño es más barato en cuanto al número de votos, serán determinantes para elegir al próximo presidente del Gobierno de España, debido a nuestro particular sistema electoral, regido por Ley D'Hont.
Es decir, que en estas elecciones, y según indican las últimas encuestas marcando una tendencia favorable para el socialista Pedro Sánchez, es muy posible que nos encontremos con un presidente que, con menor número de votos -entre su partido y sus alianzas-, acabe logrando mayor número de escaños.
Como en otros países de nuestro entorno europeo -Francia, Portugal o Suiza-, España se rige por un sistema de cálculo proporcional, basado en la ley creada en el siglo XIX por el jurista belga, Victor D'Hont.
Los grandes, favorecidos
Es sabido que dicho reparto favorece a los grandes partidos, y desde luego no penaliza a las formaciones nacionalistas. En esta ocasión, con un mapa electoral muy fragmentando, el Partido Socialista, con visos de recoger el descontento de Unidos Podemos, se presenta como la agrupación política más fuerte, lo que le predispone a recoger el mayor número de escaños (los sondeos le dan entre el 28 y el 35% de los votos).
La ventaja apriorística del PSOE no solo viene dada por el hundimiento de la formación de Pablo Iglesias, sino también por la división de la derecha y el centro iz-quierda, que juntos se presentan como un solo bloque que podría ganar en sistemas de representación más proporcionales que el español.
Nuestra Ley D'Hont divide el número de votos emitidos por cada partido entre el número de cargos electos con los que cuenta en cada circunscripción, en las que el valor del voto es distinto. Veamos un ejemplo. Imaginemos una provincia como la de Ciudad Real con cinco escaños (a 79.218 votos el escaño frente a los 130.936 votos necesarios para un escaño en Barcelona). En el caso de Ciudad Real habría que dividir el número total de votos de cinco partidos (PSOE, PP, UP, Cs y Vox) por el número de escaños. Partamos de la base de que el partido más votado, llamémosle A, obtiene 5.000 votos. El segundo, llamémosle B, saca 3.100 votos, el tercero, C, obtiene 1.800, el cuarto, D, 1.400 y, el último, E, 700. Ahora, cada partido tiene que dividir su mejor resultado por 1, 2, 3, 4 y 5. Los escaños recaerán solo en los cinco mejores resultados de toda la tabla. De manera que, en función de este modelo, A aglutinaría tres escaños, B, solo uno y C, igual, solo otro escaño, o puede que ninguno, y que ese 5º escaño se vaya a A.
Ahora, traslademos estos resultados a partidos reales en este orden, siempre según las encuestas: PSOE, PP, Vox, Cs y UP. Con estas premisas, el PSOE acabaría con tres escaños, PP con uno y Vox con otro, entendiendo que Vox puede tener mejor resultado en esta zona, porque aparentemente el partido de Santiago Abascal cuenta con una mayor implantación en las zonas rurales que la formación naranja presidida por Albert Rivera.
A continuación toca observar el número de escaños. Si bien PSOE y UP Podemos se llevan tres -aunque los de Pablo Iglesias no obtienen ni uno-, y PP y Vox recogen dos, sin embargo, las formaciones de izquierdas suman 5.700 votos frente a los 6.300 de PP-Vox y Cs, subrayando que éste último no sacaría ningún escaño y sus votos no habrían servido para sumar.
Esa es la clave en la que demóscopos y partidos han puesto el ojo. Cómo puede bascular el voto de las circunscripciones pequeñas, y que los restos sirvan para repartir escaños, incluso aunque el número de votos sea menor. Por eso, el voto más barato, el de las circunscripciones más pequeñas, tendrá un valor añadido en estas elecciones, que se presentan como las reñidas de la democracia española.
En esa tesitura se encuentran provincias como Cáceres, Almería, Huelva, Ciudad Real, Lleida, Albacete, Salamanca, Burgos, Álava, Ceuta, La Rioja, Guadalajara, Melilla, Huesca, Zamora, Cuenca, Palencia, Ávila, Segovia, Teruel y la eterna Soria, de la que se dice que, quien gana en Soria, gana las elecciones generales. En una circunscripción como la soriana se reparten dos escaños. Sobra decir que la fragmentación del voto entre PP-Cs y Vox favorece de pleno al PSOE, dejando al margen que la suma del bloque de centro-derecha sea superior en votos al del PSOE-UP.
Votos válidos
Según fuentes del Ministerio del Interior, en las legislativas de 2016, Asturias era la circunscripción española donde más costaba un escaño (139.211 votos), seguida de Madrid (136.611), Coruña (135.980 votos), Barcelona (130.966 votos), Sevilla (128.679 votos); en la tabla media Santa Cruz de Tenerife (121.698 votos), Valladolid (86.512), Cantabria (100.280) y, en el furgón de cola, Palencia (47.235 votos), Ávila (45.707), Segovia (39.870), Teruel (38.422) y Soria (35.911).
En ese juego de reparto proporcional, en el sumatorio global, a modo d'Hont, en 2016, a Ciudadanos le costó 97.617 un escaño; a EH Bildu 92.046; a Coalición Canarias y a Nueva Canaria, 78.080 votos; a Unidos Podemos, 71.123, a ERC, 69.921 votos; al PSOE, 63.280; a CDC, 60.229; a PP, 57.709 votos y, al Partido Nacionalista Vasco, 57.234.
Teniendo en cuenta que el hemiciclo quedó repartido de la siguiente manera, PP: 137 escaños, PSOE: 85, UP: 71 escaños, Cs: 32, ERC: 9, CDC: 8, PNV:5, EH-Bildu:2 y, CC y NC:1, a los partidos más pequeños y que no son nacionalistas les ha costado mucho más caro adquirir representación en el Congreso de los Diputados.
Obsérvese otra variable para entender el resultado de las elecciones del 28-A. Desde 1979, hasta la fecha, circunscripciones como Madrid, Alicante, Málaga, Murcia, Baleares, Las Palmas, Toledo, Girona, Tarragona, Almería y Cádiz han ido ganando escaños, mientras el resto de provincias se dejaban escaños por la despoblación, siendo las de Vizcaya, León, Jaén y Asturias las más afectadas.
Proyección
Si obedecemos a pies juntillas el último barómetro del CIS de José Félix Tezanos, el Partido Socialista pilotado por Pedro Sánchez sería la formación ganadora con alrededor de un 33,3% de los votos. Le sigue el PP, con un exiguo 16,7%, casi la mitad de lo que obtuvo en 2016; a continuación aparece Cs, cayendo con un 15,5% de los votos, en cuarto lugar UP con el 14,5% de los votos y, por último, dentro de los partidos nacionales, Vox, con el 6,5%.
En contraste con este sondeo, sin dejar de ser el Partido Socialista la formación con más posibilidades de ganar y formar gobierno, GAD3 publica este lunes una encuesta cuya foto fija aproxima al PSOE al 33% de los votos, al Partido Popular lo acerca al 22 por ciento, entiende que Ciudadanos y Vox experimentan un empate técnico alrededor del 14%, y Unidos Podemos, en quinta posición, apenas logra el 11% de los votos y se desploma en las urnas.