El rupturismo aparca la vía unilateral, pero rescata el referéndum pactado
- Puigdemont encumbra a Artadi como líder de la negociación del nuevo 'Govern'
- Tanto JxCAT como ERC se acercan a Podemos y aparcan a la CUP
elEconomista.es
La victoria del independentismo en las elecciones del 21-D no conllevará la reactivación de la amenaza de ruptura unilateral. Tras las elecciones, y los continuados mensajes desde los sectores económicos y empresariales alertando de los riesgos económicos de una nueva DUI, en la nueva hoja de ruta independentista se configura un nuevo escenario, en el que se buscará avanzar en la implementación del "mandato democrático", pero dentro de la legalidad y con calma.
Aunque durante la campaña electoral los partidos independentistas han bailado entre el sí y el no a la vía unilateral, ni JxCAT ni ERC la han incluido en sus programas, ni se han posicionado claramente a favor. En esta línea, tanto Carles Puigdemont, como Marta Rovira, en sus primeras intervenciones el viernes para valorar los resultados de las elecciones autonómicas, evitaron siquiera citarla y giraron el discurso hacia la vía negociada con el Ejecutivo español y la restitución del Gobierno "legítimo", que era lo que habían exigido los votantes independentistas a Mariano Rajoy en su voto "de rechazo" a la aplicación del artículo 155.
Así, el expresidente catalán dejó claro en Bruselas que la estrategia del bloque independentista pasa por conseguir un diálogo directo (bilateral, como solicitó toda la pasada legislatura) con Madrid. Puigdemont invitó a Rajoy a reunirse con él -algo que el presidente del Gobierno español rechazó en su comparencia el viernes- y recuperó el objetivo de pactar un referéndum de autodeterminación de Cataluña. También se comprometió a respetar el resultado.
En sus intentos de implicar a la Unión Europea en la causa catalana, también lanzó un mensaje a la Comisión Europea y podió al Ejecutivo comunitario que "les escuchara". La esperada reacción de la Comisión no se hizo esperar: "Nuestra postura no va a cambiar", zanjó un portavoz comunitario, informa Jorge Valero.
Según fuentes consultadas, el expresidente de la Generalitat, fugado en Bruselas, ha elegido a Elsa Artadi, que ha sido la directora de la campaña electoral que le ha permitido alcanzar los 34 escaños, como sus ojos y su voz en Cataluña para impulsar y liderar las negociaciones para formar un gobierno.
Artadi es economista y cuenta con experiencia trabajando en la Generalitat. Además de directora general de Tributos, fue asesora económica del conseller de Economía, Andreu Mas-Colell. Con este perfil también se puede convertir en una buena interlocutora con los sectores económicos y empresariales catalanes, cuya confianza se ha visto seriamente dañada por la declaración unilateral de independencia, que ha multiplicado la fuga de em- presas y paralizado las inversiones, y que demanda continuamente al próximo gobierno que reinstaure la seguridad jurídica. Abandonar la vía no negociada de cara a la independencia es una de las demandas mantenida por los empresarios y economistas.
Los antisistema, a la espera
Marta Rovira, tomando el testigo de Puigdemont, quiso distanciarse por ahora de la CUP y evitó adelantar si la única alternativa que ve para formar un gobierno es que los antisistema, que reclaman la unilateralidad como única vía, se integren en el futuro gobierno. Rovira señaló que ahora se inician las negociaciones y que su primer objetivo es que Puigdemont sea investido presidente de Cataluña y que sea "restituido" todo el gobierno cesado por el artículo 155.
La secretaria general de Esquerra reclamó a Mariano Rajoy que se siente a negociar con Puigdemont y también con Oriol Junqueras sobre Cataluña. Rovira afirmó que el independentismo había ganado las elecciones y que el resultado era un "mandato democrático" para construir la república. No obstante, también insistió en que el nuevo Gobierno catalán quiere serlo de todos, que respetaba a los votantes de C's, y que ERC buscará la forma de atraer a una mayor base social hacia el proyecto de la república catalana. En este sentido, las palabras de Rovira podrían interpretarse como una puerta abierta a Catalunya En Comú.
A pesar de que la formación que lidera Xavier Domènech sólo ha obtenido ocho escaños, en el caso de que falle un posible acuerdo con la CUP, o algunos diputados fugados o en la cárcel no puedan asistir al pleno de investidura (hay ocho diputados que en principio no podrían acudir al parlamento catalán), sus votos podrían condicionar la formación de un nuevo Govern.
Rovira, no obstante, no quiso adelantarse a las acontecimientos y se negó a comprometer el voto de ERC a favor de un candidato de JxCAT que no fuera Puigdemont. Tampoco quiso adelantar si, en ese caso, propondrían a Oriol Junqueras, pero sí adelantó que el partido controla "documentación legal" para defender la excarcelación de Junqueras con el objetivo de ser investido.
Catalunya en Comú se ha negado a apoyar un president rupturista, pero defiende un referéndum pactado. Y el día después de las elecciones ya se han producido algunos acercamientos; o más bien gestos. De acuerdo con Economía Digital, tanto del PDeCat, como de ERC o del PSC, apoyaron ayer a Ada Colau para que nombrara presidente de la mayor empresa pública de Barcelona (B:SM) a Eloi Badia.