Los constitucionalistas verían bien unas autonómicas

El 3 de octubre, pasada media resaca de un referéndum ilegal que no se sabe cómo puede terminar y qué consecuencias se pueden derivar de todo ello, es muy posible que el Parlament se reúna para decidir entre dos opciones: una declaración unilateral de independencia, en cuyo caso, cabe la posibilidad de que se activen los mecanismos del artículo 155 de la Constitución para embargar la comunidad autónoma hasta que las instituciones recuperen la normalidad -deja caer Moncloa-; y en segunda opción, que sus señorías de la Cámara catalana se pronuncien a favor de nuevas elecciones autonómicas, a las que añadirán el carácter plebiscitario. Y este escenario no está mal valorado por el bloque de partidos constitucionalistas, además de Podemos. Abre la vía del diálogo y la negociación.

Ésta es la opción electoral por la que estos últimos días ha apostado Ciudadanos, postulando la candidatura de Inés Arrimadas como presidenta de la Generalitat en el caso de que las fuerzas constitucionalistas sumaran el número de diputados suficientes como para alcanzar el poder. Y tampoco ha sido mal recibida por el socialismo catalán. Miquel Iceta ha llegado a augurar un adelanto electoral como modo de aplacar la tensión que se vive en Cataluña. Para el dirigente del PSC esa sí es una manera de decidir, porque es la única forma de "salir del callejón donde se han metido" los independentistas, sin olvidar su demanda de renovación del pacto constitucional que incluye una reforma federal para el PSOE. Aunque Xavier García Albiol, secretario del PP en Cataluña, no ve adelanto electoral en esta región hasta la primavera de 2018, porque, si no, los independentistas se quedarían sin relato, Génova afirma que exigirá a Puigdemont que convoque elecciones anticipadas tras el 1 de octubre. Así pues, Partido Popular, Ciudadanos y el PSC coinciden en su deseo de un adelanto electoral en Cataluña.