Política
Al PP le crecen los problemas: el partido de Rosa Díez frena su crecimiento
Algunos sectores del PP, y no sólo los elementos considerados críticos, manifiestan su preocupación, por ahora en privado, por el estancamiento del partido en las encuestas, a pesar de la gravedad de la crisis económica y del hecho de que el Gobierno haya tardado bastante más de lo admisible en reconocer la pésima coyuntura.
En efecto, el barómetro del CIS registraba en octubre un empate PP-PSOE en el 39,7% de los votos, y ello en un momento muy alejado de cualquier cita electoral, lo que debería estimular las críticas de los afines al Partido Socialista damnificados por las circunstancias, aunque en última instancia no desertasen a la hora de la verdad de su lealtad ideológica.
Además, el cómputo debe tener siempre en cuenta que la cercanía de las elecciones estimula ciertos fenómenos de concentración, como el "voto útil" que beneficia a las mayorías (simpatizantes de IU acaban apoyando al PSOE, por ejemplo).
Por lo tanto, lo lógico sería -dicen los expertos- que, con la que está cayendo, el PP aventajase actualmente a la formación gubernamental por un amplio margen, lo que no significaría evidentemente que una vez recuperada la economía Rajoy pudiera seguir ostentando esta ventaja ocasional.
Estancamiento del PP
Las causas de este estancamiento del PP son, según varios sociólogos políticos consultados, dos especialmente: en primer lugar, Rajoy no ha conseguido generar el consenso interno suficiente para convertirlo en líder indiscutible; incluso sus partidarios saben que es un líder a prueba, ya que su estabilidad al frente del partido dependerá de los resultados que obtenga en las sucesivas elecciones que jalonan la legislatura (en una primera fase, vascas, gallegas y europeas).
En segundo lugar, la formación de Rosa Díez, Unión Progreso y Democracia (UPyD), que alcanzaba ya el 2,9% en términos de intención de voto en el mencionado sondeo, está absorbiendo el voto definitivamente descontento con el PSOE.
La polaridad existente
En efecto, la polaridad existente entre PP y PSOE hace difíciles los trasvases entre una y otra formación; en cambio, UPyD, considerada centrista por la opinión pública, no genera apenas rechazo alguno ni a babor ni a estribor, lo que le facilita la captación de votos. Y no sólo de socialistas defraudados por la acción del Gobierno sino también de liberales y conservadores descontentos con la oposición que realizan Rajoy y sus más estrechos colaboradores.
En definitiva, si el PP pensó en algún momento que la ex socialista Rosa Díez le beneficiaría, erró en la hipótesis. Es más: si no cambian los términos de los equilibrios políticos, Rosa Díez puede poner en peligro el liderazgo de Rajoy.