Política

Zapatero recibe a Rajoy 'a pie de Escaleras' para informarle sobre sus medidas frente a la crisis



    El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha recibido en el Palacio de la Moncloa al líder del PP, Mariano Rajoy, para informarle de las medidas adoptadas por el Ejecutivo ante la crisis financiera. El encuentro, que ha durado una hora y media, han tratado además los Presupuestos Generales del Estado para 2009 y la renovación del Tribunal Constitucional.

    Rajoy ha llegado puntual, a las 17.30 horas, para iniciar su segunda reunión con Zapatero que le ha recibido al pie de las escaleras del edificio en el que se celebra la entrevista y, tras un primer apretón de manos, ambos han posado sonrientes para los informadores gráficos.

    Tras hora y media de encuentro, a las 19.00 horas, Rajoy ha abandonado La Moncloa. Después del encuentro, Zapatero ha afirmado que la reunión ha sido "útil y positiva".

    Lograr al apoyo del PP

    El presidente del Gobierno ya dijo ayer que su objetivo era conseguir el apoyo incondicional de Rajoy a las iniciativas aprobadas frente a la crisis y pidió también un respaldo sólido a los Presupuestos diseñados por el Ejecutivo para el próximo año.

    Rajoy, por su parte, hizo público su apoyo al plan acordado por la UE para evitar la crisis del sistema financiero, pero avanzó que tiene intención de reclamar a Zapatero medidas específicas para ayudar en España a las familias y a las pequeñas y medianas empresas

    Escaso margen

    Sin embargo la reunión de hoy ha ofrecido escaso margen de maniobra al líder de la oposición, quien, después de alardear de controlar los tiempos, ha dejado perder la ocasión de influir en el Ejecutivo reuniéndose con presidente del Gobierno cuando fue invitado, antes por tanto de que se adoptaran las grandes medidas españolas y europeas contra la crisis económica.

    Su apuesta porque Montoro y Solbes celebraran antes una reunión técnica, que parecía prudente, se ha vuelto en su contra: ha dado tiempo al Gobierno a tomar plenamente la iniciativa y, asimismo, ha permitido a diversos portavoces populares dar pruebas de descoordinación y de improvisación.

    Hoy, pues, Zapatero recibe a Rajoy no sólo con los deberes hechos y publicados en el Boletín Oficial del Estado sino también con el refrendo de los mercados, que han reaccionado muy positivamente a la firme respuesta de la Eurozona y a las actuaciones concretas de varios gobiernos, entre ellos el español. Tan evidente resulta el acierto de lo actuado que el propio Rajoy no tuvo más remedio que rectificar ayer el tono del discurso, anunciando su apoyo a las medidas. Otra cosa hubiera sido un dislate.

    Rajoy no quiere parecer condescendiente

    Con todo, Rajoy, que lógicamente no quiere parecer demasiado condescendiente, se aferrará a los dos últimos resortes que le quedan: el de exigir absoluta transparencia, que es plausible y que el Gobierno no tendrá más remedio que aceptar, y el de solicitar medidas de ayuda directa a las familias y a las pequeñas empresas.

    En el debate electoral americano se plantea ciertamente la posibilidad de comprar a los particulares sus propias hipotecas para evitar desahucios, y algo parecido podría establecerse aquí, aunque, al contrario de los otros rescates, éste sí que resultaría oneroso para las arcas públicas. En cualquier caso, choca esta propuesta con las quejas de Rajoy ante la elevada cuantía de las partidas presupuestarias destinadas a cubrir el desempleo.

    Control estricto

    Rajoy acertará, en fin, si una vez convencido de que el plan anticrisis es sustantivamente acertado, se limita a imponer al Ejecutivo un control estricto de lo que se actúe y, si acaso, un panel de medidas complementarias como las apuntadas. Si entra en el jardín de criticar las ayudas "a la gran banca" sin ver que el hundimiento del sistema financiero nos arrastraría a todos y que así lo ha entendido perfectamente la opinión pública, se equivocará por completo.

    Como es sabido, y al margen de la crisis económica, Zapatero le solicitará a Rajoy que revise sus candidaturas al Constitucional. Si el líder del Partido Popular no ve que Hernando y López, presidente y portavoz salientes del anterior CGPJ, proyectan una imagen sectaria muy nociva para el propio PP y en las antípodas del aspecto centrista que quiere imprimir al partido, es que ha perdido, siquiera en eso, el sentido de la orientación.