Política
El traspié de los partidos políticos tradicionales es un escalón para el Socialismo de Correa
Los resultados extraoficiales del referendo señalan que el "sí", defendido por el oficialismo, logró un amplio apoyo del pueblo.
Según dos sondeos a pie de urna, el "sí" logró un 70 por ciento de ecuatorianos, según Cedatos, o un 66,4 por ciento, según la firma Santiago Pérez Investigaciones y Estudios (SP), datos que Correa celebró con júbilo, pese a que no se han facilitado datos oficiales.
El "no", siempre según estos sondeos a pie de urna, habría conseguido el 25 por ciento.
El Tribunal Supremo Electoral ha indicado que mañana o, a más tardar el martes, podría tener el resultado total del referendo en el que Correa se jugó su principal postulado de Gobierno: la reforma constitucional.
Correa sostiene que sin una Constitución que apoye las "profundas transformaciones" que requiere el país, era prácticamente imposible romper con el "statu quo" que impedía el desarrollo así como la distribución equitativa de la riqueza en la nación.
Con la nueva Carta Magna, el presidente de Ecuador busca terminar con lo que llama la "larga noche neoliberal" e instaura, según el texto, un sistema económico "social y solidario", que aupa una relación dinámica y equilibrada entre la sociedad, Estado y mercado, en armonía con la naturaleza.
La oposición, una de cuyas cabezas visibles es el alcalde de Guayaquil, Jaime Nebot, del tradicional Partido Social Cristiano, asegura que el texto constitucional es centralista, propugna el estatismo, además de anular las autonomías restando competencias a los ayuntamientos.
También en la oposición, el Partido Sociedad Patriótica, del destituido presidente Lucio Gutiérrez, asegura que el texto da paso a un totalitarismo y teme actitudes dictatoriales de Correa quien, a tenor de los resultados oficiosos, podría postularse a la Presidencia en las elecciones generales del próximo año.
El texto constitucional permite a Correa su postulación inmediata y por una sola vez en las elecciones, que podrían tener lugar en los primeros meses del próximo año, y en las que, se supone, Correa será el candidato del movimiento oficialista Alianza País.
Aunque los resultados oficiosos de hoy dan el triunfo a Correa, también ratifican que la tensión política se mantendrá en la ciudad costera de Guayaquil, de donde es oriundo y donde, según SP, el "sí" obtuvo 47,3 por ciento.
La oposición resalta que el "no", el voto nulo y el blanco superan al "sí" con el 52,7 por ciento.
Nebot, alcalde de Guayaquil desde el año 2000 ha reiterado en las últimas semanas que hará respetar la decisión de su ciudad, así como su proceso de autonomía pero no el separatismo.
El triunfo de hoy, según los datos oficiosos, es la cuarta victoria consecutiva de Correa en las urnas, con lo que se resquebraja aún más la fuerza que tradicionalmente tenían en el país los partidos políticos considerados antaño como poderosos, en especial el Partido Social Cristiano.
Es, asimismo, un escalón más en el intento de Correa de implantar en el país el llamado Socialismo del Siglo XXI, poco entendido por gran parte de la población, pero defendido por el jefe de Estado como el esquema que tiene como eje al ser humano y el bien en común descartando privilegios a la elite.
El triunfo de Correa también supone un duro golpe al ala tradicional de la Iglesia católica que se opuso férreamente al texto constitucional al considerar que abriría la puerta al aborto, aunque claramente señala el articulado que se garantiza la vida "desde la concepción".