Política
Sánchez y Rivera coinciden: la permanencia de Rajoy es un obstáculo
José Luis Bajo Benayas
El PSOE trabaja ya con el objetivo de investir a su secretario general, Pedro Sánchez, con el voto favorable de Ciudadanos y la abstención, en el último momento, del PP, partido cuyos 123 diputados serán necesarios para aprobar reformas de calado como la de la Constitución, Ambas formaciones saben que esa neutralidad pasa por el relevo de Mariano Rajoy al frente de los populares, algo que ni mucho menos está claro visto que el presidente en funciones se resiste a retirarse de la pugna por formar Gobierno.
En cualquier caso, Sánchez coquetea públicamente también con Podemos, por si los 69 diputados de Pablo Iglesias y sus confluencias fueran necesarios para compensar un hipotético no del PP. Fuentes cercanas a este partido, que obtuvo 90 parlamentarios en las urnas el pasado 20 de diciembre, explicaron a elEconomista que la posición de "centralidad" beneficia al PSOE. "Podemos no puede arriesgarse a votar lo mismo que el PP en una sesión de investidura. Si ambos partidos se oponen a dar la presidencia a Pedro, los electores pueden interpretar que es Iglesias el que ha impedido un cambio", añadieron.
Pero lo cierto es que esa especie de pinza de PP y Podemos frente al PSOE ya ha funcionado esta semana, cuando ambos partidos pidieron a la Mesa de la Cámara que la investidura de Sánchez se celebrase en dos semanas y no en un mes, tal y como ha pedido el propio líder socialista.
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Sánchez y Rivera mantuvieron ayer su primer encuentro en el Congreso durante algo más de hora y media y posteriormente exhibieron ante los medios una sintonía casi total. Ambos explicaron que las delegaciones de PSOE y Ciudadanos empezarán a negociar los términos de un acuerdo hoy mismo por la tarde y en base a cinco ejes: políticas sociales, regeneración democrática, reforma constitucional, política económica y fiscal y posición de España en Europa.
De cara al PP, Sánchez moderó sustancialmente su tono y hasta en cuatro ocasiones expresó su "máximo respeto" por los más de siete millones de votantes que eligieron esta opción en diciembre. Tanto es así que la próxima semana se pondrá en contacto con esta formación. Ahora bien, el líder socialista disparó contra Rajoy, que ayer mismo dijo que no dejaría pasar "ni una" con la corrupción. "¿Qué quiere decir, que antes si dejaba pasar esa corrupción?", preguntó Sánchez, mencionando los problemas del PP en Valencia, el caso Bárcenas o la trama de la empresa Acuamed.
Pero, a continuación, Sánchez reconoció que, si es presidente, tendrá que contar con los populares. En ese sentido, el líder socialista recordó la "oposición responsable" que él mismo ha desarrollado frente a Rajoy en el último año y medio. Rivera, con anterioridad, había explicado que es necesario hablar con el PP por su condición de primera fuerza política. "Tiene que dar su opinión", adujo, aunque en ningún caso se refirió a Rajoy. Ciudadanos ha endurecido su discurso frente a él desde que se destapó el caso Taula, y pese a que insiste en que "no le haremos las primarias al resto", los populares "saben lo que tienen que hacer".