Política

Del 'Syriza-Podemos' al 'PPSOE griego': réditos electorales en el Peloponeso español

    Tsipras rodeado por Rajoy, Sánchez, Rivera e Iglesias. <i>Imágenes: EFE</I>

    Carlos Mier

    Que el enésimo capítulo del culebrón griego iba a jugar un papel fundamental en el umbral de la antesala del vestíbulo de la pre-campaña española no pilla de sorpresa ni a los más inocentes del lugar.

    Arribistas son las cañas que se entrecruzan en río revuelto y en el generalmente fruncido -y frondoso- ceño de Alexis Tsipras anidan los más intrincados anhelos electorales de los partidos españoles, cómodamente instalados a varios miles de kilómetros de la Plaza Syntagma, Mediterráneo mediante. A cada bandazo de la negociación, a cada muestra de debilidad o fortaleza -según el editorial o la portada con la que se mire- y a cada tumulto televisado de pensionistas a la caza de sus 120 euros diarios, los políticos españoles afinan y afilan gargantas antes de ejecutar la pirueta análoga para volver a meter unas sabrosas lonchas de jamón serrano en un bocata de pan de pita. No somos Grecia, no hemos sido Grecia, no seremos Grecia. Pero también un tímido queremos ser como Grecia.

    La receta se sirve fría. El esperado tambaleo heleno era cuestión de tiempo. Tú y yo lo sabíamos. Pero ahora se ha añadido el ingrediente especial: Syriza. Cinco intensos meses con la moto de Varufakis aparcada en la zona azul de Bruselas han bastado para que la vida política española haya alcanzado el clímax del corralito ajeno. Cargada la coctelera con una mezcla perfecta de sombras de comunismos apocalípticos, medias verdades sobre deudas individuales e intransferibles a cada español (ahora sí), 'yaoslodijes', 'nosepuedes' y pasokizaciones retóricas, solo resta agitar el mejunje. Y este es el resultado.

    Rajoy y el discurso del miedo: lecciones de solidaridad

    "Una cosa es ser solidario y otra es serlo a cambio de nada". Esa controvertida frase, pronunciada por el presidente Mariano Rajoy en la Cadena Cope el pasado martes, ensanchaba un poco más la honda trinchera cavada por el Partido Popular en todo lo que tiene que ver con el asunto griego. No somos Grecia porque Rajoy y los suyos lo impidieron en su momento. No hay otro camino posible porque la Troika es el camino. Esos son los dos ejes sobre los que pivota el mensaje de los conservadores. Pero, como es de esperar, la defensa no se articula de manera aséptica, sino que cada intervención en los medios es un ataque directo al Gobierno de Alexis Tsipras y al 'neocomunismo', olvidando quizás el paso de Nueva Democracia, la marca griega del PP, por el puesto de mando de Atenas hace tan solo unos pocos meses.

    Además, los populares se han esforzado en desmentir cualquier atisbo de posibilidad de un contagio, sea cual sea la enfermedad, y los lugartenientes de Rajoy se han entregado a los llamamientos a la tranquilidad repetidos desde el lunes. Así, el ministro de Economía, Luis de Guindos, volvía a sacar a la palestra los más de 26.000 millones que "nos debe" Grecia, aunque sus palabras olvidaran el complejo funcionamiento de unos rescates que dejan buena parte de ese dinero en un limbo en el que España no pasa de ser avalista en el caso de que Grecia no pueda afrontar sus deudas.

    Y luego está Podemos. Los hermanos de leche de los comunistas griegos, según el PP. El espejo en el que se mira Pablo Iglesias. Esos que llevarán al país a la quiebra si el pueblo comete la irresponsabilidad de votarlos. La oportunidad pintiparada para Rajoy. Por ello el presidente ya se ha apresurado a acuñar la expresión 'Syriza-Podemos'. Nunca una crisis en otro país había representado una ventaja política mayor en España. Sin embargo, dentro de las filas populares existe la creencia de que dejarse llevar por la euforia en los ataques a Podemos no juega a favor del presidente.

    PSOE: Nadar y guardar la ropa

    La posición de Pedro Sánchez y los suyos va con los de la feria y vuelve con los del mercado. El líder socialista ha exigido a Rajoy que "no instumentalice políticamente" la crisis griega pero, sin embargo, desde el PSOE ya han tildado de "irresponsable" al Gobierno de Tsipras por convocar un referéndum "insólito" en el que hacer campaña por el 'no' parece poco menos que descerrajarle un tiro a Europa.

    La ya vetusta modificación del artículo 135 pesa como una losa sobre los socialistas, que no quieren perder comba y también agitan la bandera del miedo, pero a su manera. "Pase lo que pase, España no está blindada, no está blindado ningún país", declaraba esta semana el nuevo fichaje económico estrella del PSOE, Jordi Sevilla, asegurando que los mercados han desmentido a Rajoy y que tanto las caídas en la Bolsa como la subida de la prima de riesgo muestran que la crisis griega también afecta a España. El PSOE pide "entendimiento y diálogo" con la Troika, pero tampoco quiere hablar del precio de esa avenencia. No vaya a ser que se metan en un jardín.

    Podemos y el novio incómodo

    Desde el estallido de la crisis griega, todas las miradas se han dirigido a Podemos. Aquel abrazo entre Pablo Iglesias y Alexis Tsipras en el cierre de campaña de las elecciones helenas quedó grabado a fuego en la retira de la política española. 'Syriza-Podemos, venceremos' fue el cántico más repetido aquella fría noche de enero en la plaza Syntagma. Ahora, con toda la maquinaria mediática del PP encima, la formación morada se la pilla con papel de fumar.

    Cualquier amago de negación y huida cabrearía a buena parte de su electorado. Cualquier 'pecado' de ensalzamiento pronunciado alimentaría el discurso del miedo y pondría en peligro esa 'centralidad del tablero' que se pretende conquistar. Por ello, se ha tirado por la calle del medio. Democracia y contraataque. El secretario de Relaciones con la Sociedad Civil de Podemos, Rafael Mayoral, aseguraba que en la defensa del Gobierno de Alexis Tsipras "no tocan cálculos electorales" y que "la principal preocupación es la nefasta imagen que está dando el Gobierno de Rajoy internacionalmente". "Nosotros estamos con el pueblo griego, el pueblo griego se ha dotado de un Gobierno democrático", señalaba Mayoral en alusión a un voto contrario al acuerdo con el Eurogrupo.

    Ciudadanos y 'PPSOE' griego

    Cada uno a lo suyo. Ciudadanos ha aprovechado la crisis griega para cargar contra el bipartidismo español. Sí, español. Y también para dejar el consiguiente recadito a Syriza y a Podemos, ya que pasaban por allí. Albert Rivera, en el generalizado acercamiento del ascua a la sardina, ha acusado al Gobierno de Syriza de "prometer cosas que no puede cumplir", pero con un matiz importante del que escapan como de la peste el PP y el PSOE: fueron los gobiernos anteriores los que han conducido a esta situación. La culpa es del PASOK y de Nueva Democracia, las versiones griegas del bipartidismo español.

    "El PP y el PSOE de Grecia son los que han llevado al país a no cuadrar las cuentas, a engañar en el déficit", arguye Rivera, que se ha instalado en el ya clásico talante de "hacer todos los esfuerzos para que hasta el último minuto haya negociación y Grecia siga siendo parte del euro". Eso sí, garantizando que Grecia abone sus deudas y siga el camino marcado por la troika: "Sería un antecedente, un precedente, en otros países".