Política

El retraso de Chávez no altera la sonrisa del Rey



    Palma, 25 jul (EFE).- Una hora hizo esperar el presidente de Venezuela al Rey quien le recibió con una sonrisa y un apretón de manos con el que se pretende pasar página al incidente de la Cumbre Iberoamericana de Chile.

    No hubo abrazo como Chávez quería. "Me dará gusto darle un abrazo al Rey, pero tú sabes, Juan Carlos, que yo no me voy a callar", dijo ayer. Y no lo ha hecho.

    La frase que el Rey espetó en la cumbre de Chile a Chávez, "por qué no te callas", ha sido sustituida hoy por otra pronunciada por el presidente venezolano: ¿Y por qué no nos vamos a la playa", dijo elevando el tono de voz y mirando intencionadamente a los periodistas.

    El Palacio de Marivent en Mallorca, la residencia de verano de los Reyes, ha sido el lugar escogido para simbolizar la normalización de las relaciones entre España y Venezuela, un camino que ya se preparó el pasado mes de mayo cuando el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, se reunió con el presidente de Venezuela durante la Cumbre Unión Europea-América Latina.

    "Gracias por venir hasta aquí", le dijo el Rey a Chávez cuando le recibió a pie de vehículo y después de indicarle por donde tenía que salir "porque si no, no te puedo saludar delante de todos".

    Unos setenta representantes de medios de comunicación no perdían detalle. Sólo se oían los disparos de las cámaras fotográficas. Y la prensa se convirtió en tema de conversación entre los jefes de Estado de España y Venezuela.

    "¿Cómo están ustedes?, preguntó el mandatario bolivariano a los periodistas que durante dos horas esperaron su llegada. ¿Están de vacaciones?.

    Pero fue Don Juan Carlos quien contestó: "No. Yo no les dejo", bromeó.

    El presidente de Venezuela, que tampoco está de vacaciones sino de gira por Europa, sí ha podido encontrarse como en casa. Calor y humedad. "Parece que estamos en el Caribe, en Cuba, en Jamaica o...en Margarita", comentó a la vez que alababa el paisaje de Mallorca.

    Tras el saludo inicial, el Rey y su invitado se retiraron a la sombra y allí posaron de nuevo unos segundos mientras intercambiaban risas y comentarios.

    Un recibimiento que ha durado cuatro minutos y que refleja la imagen de la superación de un incidente que dio la vuelta al mundo y que ocupó muchas horas y muchas páginas.

    Después se celebró la audiencia. Una hora justa. A gran velocidad salió la comitiva de Marivent y sólo se pudo ver, como una exhalación, a Chávez saludando.