Política

El PP le ofrece a Susana Díaz la antesala de una 'gran coalición'

    Susana Díaz, en un mitin de campaña. <i>Imagen: EFE</i>

    Antonio Papell

    Susana Díaz ha iniciado la ronda de contactos con las distintas fuerzas políticas tras su triunfo en las urnas el 22-M. La socialista necesita apoyos para sacar adelante su investidura. Podemos y Ciudadanos han sido claros en su contrapartida: Chaves y Griñán tienen que dimitir. El Partido Popular ha apostado por otra carta: apoyo a cambio de permitir en las municipales que gobierne el partido más votado. Una oferta que suena a pacto de 'gran coalición' y que abre un nuevo interrogante en la política española. ¿Han hablado PSOE y PP de cara a unas generales?

    Susana Díaz, que ha obtenido un éxito significativo en Andalucía al haber logrado una diferencia muy notable con relación a su histórico adversario conservador, ha empeorado sin embargo sus condiciones de gobernabilidad ya que, por un conjunto de circunstancias bien conocidas, no puede ahora disponer de un socio con el que aliarse para lograr la mayoría absoluta.

    Ronda de negociaciones

    Así las cosas, la presidenta en funciones ha comenzado una ronda negociadora con los portavoces de las restantes fuerzas para reclamar su abstención que le permita lograr la investidura y gobernar en minoría, al menos hasta después de las elecciones generales, cuando podría intentarse alguna alianza de mayor calado. Díaz necesita o la abstención del PP o, en su defecto, la abstención de Podemos y de otra minoría. Y ofrece a sus interlocutores la posibilidad de acuerdos en cuatro capítulos programáticos: empleo, lucha contra la corrupción, calidad de los servicios públicos y financiación autonómica.

    Ante tal reclamación, el PP andaluz ha ofrecido a Susana Díaz un pacto en la región, extensible a toda España, para que gobierne en cada caso el partido más votado. Así, a cambio de la abstención popular en el parlamento andaluz, la candidata socialista alcanzaría la presidencia, y el PP, por su parte, se adueñaría de la alcaldía en aquellas localidades en que fuese el partido más votado.

    No parece probable que el PSOE acepte este criterio, que no es compatible con un sistema de representación proporcional como el nuestro, que por definición debe gestionarse mediante la negociación y el pacto entre afines.

    En el caso que nos ocupa, la elección por la cámara andaluza del ejecutivo regional, es manifiesto que existe una mayoría parlamentaria de izquierdas ya que PSOE, Podemos e IU suman 67 escaños (Ciudadanos se define centrista, y tanto podría decantarse a un lado como al otro), por lo que lo lógico en términos democráticos es que sean los partidos afines al que ha logrado la minoría mayoritaria los que dejen gobernar al PSOE en minoría.

    De la misma manera y utilizando el mismo argumentario lógico, si el PP es el partido más votado en una localidad cualquiera pero son mayoría los concejales de izquierdas, lo natural sería que éstos se aliaran entre sí para gobernar. Porque las ideologías no han periclitado como han pretendido ciertos apóstoles de la tecnocracia que provienen de parajes autoritarios.

    ¿Hay compadreo entre PP y PSOE?

    Verlo de otra manera, o plantear más o menos explícitamente la 'gran coalición' que veladamente sugiere el PP, sería un contrasentido que confirmaría las sospechas de compadreo que han manifestado muchos de los 'indignados' en los últimos tiempos. PP y PSOE, aunque igualmente interesados en la estabilidad y en el progreso de España, proponen caminos ideológicos distintos, y así debe seguir siendo, salvo en los grandes asuntos de Estado. Blindarse mutuamente para seguir repartiéndose el poder sería un gran disparate que llegaría a poner en peligro la estabilidad del sistema.