Política

Irene Villa dice que no han superado que nos dijeran que no queríamos la paz



    Madrid, 11 jul (EFE).- Irene Villa ha declarado hoy que su madre y ella, víctimas de un atentado de ETA con coche bomba el 17 de octubre de 1991, "todavía" no han superado que la gente les parara por la calle para decirles que no querían la paz, que estaban politizadas.

    La joven, que perdió las dos piernas en el atentando -tenía entonces 12 años-, se ha manifestado así en el acto de entrega del XI Premio a la Convivencia de la Fundación Miguel Ángel Blanco, que este año ha reconocido la resistencia cívica y el compromiso con las víctimas de Irene Villa y de su madre, María Jesús González.

    "Cuando se habló de que no habría vencedores y vencidos me resultó más doloroso que cuando a mí madre y a mí nos arrancaron parte del cuerpo", ha aseverado Villa, refiriéndose a la política antiterrorista del Gobierno socialista tras el anuncio de "alto el fuego permanente" por parte de ETA en marzo de 2006.

    Su discurso ha sido interrumpido en varias ocasiones por el aplauso de los asistentes, entre los que se encontraban familiares y víctimas del terrorismo a los que la joven ha dado las gracias "por seguir ahí" y "por aguantar" comentarios "injustos" y "absurdos", silencios "incomprensibles" y agravios "indebidos".

    La joven, que ha sido durante años delegada por Madrid de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), ha alabado el mensaje "de no venganza, de memoria, dignidad y justicia" de las víctimas después de "haber tenido que soportar" lo que jamás creían que tendrían que escuchar.

    "No asumimos quedar en tablas con los asesinos" ha sentenciado Villa, que ha reconocido sentir que su labor de apoyo a las víctimas "perdía su sentido" en los últimos años y verse "maltratada por ciertos medios de comunicación".

    Por su parte, María Jesús González, vicepresidenta de la Fundación Víctimas del Terrorismo (FVT), ha descrito como "un bálsamo" para sus "heridas" el galardón que ha recibido de manos de María del Mar Blanco, hermana del concejal de Ermua asesinado por ETA el 11 de julio de 1997, Miguel Ángel Blanco.

    González ha declarado sentirse "triste y herida" y "no por los terroristas", sino por la decisión de un gobierno de romper el Pacto Antiterrorista, "negociar con los asesinos y dejar sin voz a las víctimas".

    La presidenta de la Fundación Miguel Ángel Blanco, María del Mar Blanco, ha recordado el asesinato de su hermano por ETA hace hoy once años y ha señalado que con la movilización ciudadana "no pudimos salvar su vida, pero salvamos nuestra dignidad como seres humanos y como sociedad".

    "Las víctimas no hemos cambiado, seguimos pensando lo mismo", ha manifestado Blanco, que se ha referido a las dos galardonadas como "ejemplos de esperanza y fortaleza".

    La entrega de los premios se ha celebrado en la Real Casa de Correos, sede del Gobierno de la Comunidad de Madrid, cuya presidenta, Esperanza Aguirre, ha descrito a Irene Villa y a su madre como "entrañables mujeres, que encarnan la infinita distancia moral que separa a los terroristas de las víctimas".

    "Si las víctimas del terrorismo han renunciado al odio y la venganza es porque confían en el Estado de Derecho", ha afirmado Aguirre, parafraseando a Irene Villa en su libro "Saber que se puede".

    Tras el acto, el presidente del PP, Mariano Rajoy, uno de los asistentes, ha manifestado que la lucha antiterrorista requiere "pedagogía y recuerdo" y ha considerado: "Nuestro objetivo como nación siempre tendrá que ser la vida, la libertad y los derechos individuales".