El PNV pide pactar la soberanía compartida para Euskadi: nación, poder judicial y política exterior

El lehendakari vasco, Iñigo Urkullu, se esforzó ayer en marcar distancias entre los procesos nacionalistas de Euskadi y Cataluña -"las realidades son absolutamente diferentes"- pero reclamó un pacto político entre España y Euskadi para articular una soberanía compartida que propicie "el paso del actual Estado autonómico a un Estado plurinacional".

Se trata, en palabras de Urkullu, de hacer efectivo "el reconocimiento de Euskadi en el plano jurídico, simbólico, político e institucional como comunidad nacional", que incluya un poder judicial y una política exterior propias, además de la "institucionalización" de las relaciones con Navarra.

Una nueva realidad política para la que el lehendakari estima que no sería necesario reformar la Carta Magna, sino que bastaría con que los gobiernos centrales "hubieran respetado de manera bilateral y efectiva el cumplimiento del Estatuto", además de la asunción de los derechos históricos vascos y del Concierto Económico, "amparados y respetados por la Constitución".

En este punto, el jefe del Gobierno vasco denunció la "incomunicación" que prima en sus relaciones con el Gobierno de Mariano Rajoy, al que acusó de estar cerrado al diálogo sobre el debate territorial, sobre la renovación del Concierto Vasco y la actualización del cupo, es decir, la liquidación que anualmente paga Euskadi al Estado por los impuestos recaudados.

Incomunicación que trasladó también a la situación catalana, donde defendió que los ciudadanos "se puedan expresar libremente" para apuntar que ese ejercicio democrático se ha producido en Cataluña porque el Gobierno no se ha abierto a un diálogo previo para abordar la situación y hacer propuestas.

"El problema es que en esta legislatura hay una carencia absoluta de diálogo con voluntad de entendimiento", concluyó.

Tras reiterar su apuesta por un "final ordenado" de ETA, cuyo primer paso es el desarme total, rápido y verificable, Urkullu no descartó un hipotético pacto con Podemos, formación a la que calificó como "un partido al uso, con una estructura construida de arriba abajo pese a su doctrina fundacional, y afectado por tensiones internas como los demás", para apostillar que ve "cuestionable su voluntad de modificar o alterar el sistema".

Admitió que considera a Podemos como "un partido estatalista del que sería bueno que fuéramos conociendo todo su programa", pese a lo que no ocultó que el PNV pactaría hoy en Madrid" con quien tuviera claro el hecho diferencial del pueblo vasco y la plurinacionalidad del Estado", incluyendo a la formación que lidera Pablo Iglesias.