Política
Rajoy, en la encrucijada: las siete heridas del presidente
Mariano Rajoy quiere que la semana pase, que pase rápido. El presidente del Gobierno, de hecho, vivirá este viernes 6 de diciembre, Día de la Constitución española, una jornada espinosa que ahondará en las heridas de su liderazgo. La rama 'dura' del Partido Popular respaldará a las víctimas de ETA en su protesta por las excarcelaciones a presos etarras posterior al fallo del Tribunal de Estrasburgo contra la 'doctrina Parot'. Análisis: ¿Podrá sobrevivir Mariano Rajoy?
El acto de Denaes, la fundación presidida por Santiago Abascal (que acaba de dejar el partido de la gaviota), aspira a denunciar la supuesta tibieza del Ejecutivo ante ETA y al desafío soberanista catalán. José Antonio Ortega Lara (que será la cara visible), Ángeles Pedraza (AVT), José Alcaraz (VCT) y Consuelo Ordóñez volverán a gritar su disconformidad con las políticas de Rajoy en el corazón de Madrid.
¿Una Cataluña independiente?
Este problema no es el único al que se enfrenta el político gallego. Desde Cataluña, su respuesta ante el proceso soberanista también le ha granjeado enemigos.
El presidente catalán, Artur Mas, ha llegado a lamentar ser un personaje "odiado" en partes de España tras su viraje nacionalista, y estos sentimientos también han calado en el ala más conservadora del PP, que pide contundencia a Rajoy mientras él se afana en subrayar su compromiso nacional.
Como muestra un botón: en el Comité Ejecutivo Nacional del PP del pasado 25 de noviembre, tuvo que subrayar ante sus compañeros que "nadie en sus cabales puede pensar" que él toma decisiones en contra de los artículos 1 y 2 de la Constitución (los que proclaman la unidad de la nación española y que la soberanía nacional corresponde a todos los españoles). Los dardos del expresidente José María Aznar y de Esperanza Aguirre, sin embargo, siguen lacerando a Rajoy.
Por si fuera poco, el PNV, Amaiur, Geroa Bai, CiU, BNG, ERC y Compromís-Equo no enviarán a ningún representante al trigésimo quinto cumpleaños de la Carta Magna, un festejo que si contará con el líder del principal partido de la oposición, Alfredo Pérez Rubalcaba (PSOE).
Incertidumbre en Moncloa y Génova 13
Por si fuera poco, y además de la desunión interna en el seno de la familia del PP, el fantasma de la crisis de gobierno aún planea sobre Moncloa. Aunque el propio Rajoy negó la semana pasada que esa fuera su intención, miembros del gabinete y dirigentes del partido afirman que tendrá que cambiar a algunos de sus ministros en los dos años que restan de legislatura.
Además, la tensión entre Génova 13 y Moncloa es evidente, como ha vuelto a demostrar un nuevo choque entre la secretaria general del PP, María Dolores Cospedal y la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, con el 'caso Bárcenas' como escenario de la lucha.
Al final, lo importante son los votos...
La desafección por la crisis y los recortes castigan con dureza al PP, que desde la llegada de Rajoy a La Moncloa ha cumplido con la fidelidad que se espera de un partido hacia su Gobierno, aún sabiendo que algunas de las medidas tomadas no sólo no estaban en su programa electoral, sino que incluso eran contrarias a éste. Pero al PP le aguarda ahora mucho trabajo en clave interna, pues en los próximos meses se tiene que decidir, entre otras cosas, el cabeza de lista para las europeas o el candidato que se enfrente a una socialista en alza, la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz.
Además, el partido ha perdido, en estimación de voto, diez puntos con respecto a los logrados en 2011 -así lo apunta la última encuesta del CIS- y muchos populares no esconden su preocupación, tal y como señala EFE.
Dos años después de las elecciones del 20 de noviembre de 2011, lejos quedan ya aquella histórica victoria, el congreso del partido que apuntaló a Cospedal en febrero de 2012 y otros momentos dulces como los comicios gallegos de marzo de aquel año, que compensaron de alguna forma la decepción de otoño en Andalucía -donde el PP ganó pero no obtuvo mayoría para gobernar-.
En resumen, Rajoy, su gobierno y su partido llegan al ecuador de la legislatura con muchos frentes abiertos y el difícil reto de recuperar la confianza que propició hace poco más de dos años su mayoría más absoluta.