Política
La cólera de los kurdos de Irak contra el "amigo" estadounidense
En las calles de Suleymaniya, a los pies de una nevada cordillera, la incursión turca que se inició el jueves tiene atemorizados a los habitantes de la inhóspita región.
"Los kurdos están cambiando poco a poco de opinión sobre Estados Unidos", explica Taha, un joven kurdo que contempla imágenes televisivas de la ofensiva en un café de la población.
"Antes pensaban que Estados Unidos era un socio estratégico. Pero después de su colaboración con Turquía para bombardear Kurdistán, ya no lo piensan", explica.
Hannah Rauf, de 32 años, empleada de banca, se muestra también muy decepcionada. En 1991, recuerda "acogimos a los estadounidenses con flores, pero ahora lo que sentimos es cólera", dijo.
Hace diecisiete años, el Kurdistán iraquí pudo escapar de las garras de Sadam Hussein con la imposición de una zona de exclusión aérea por parte de los aliados.
Esa situación permitió a la región desarrollarse económicamente a un nivel sin precedentes, y además, mantenerse al margen de la violencia interreligiosa y política tras la invasión de Irak en 2003.
"Estados Unidos ayuda abiertamente a Turquía en su combate contra el PKK (los rebeldes separatistas del Partido de los Trabajadores del Kurdistán)", acusa Rauf.
Para Amira Karim, una funcionaria de 37 años, todo "es culpa de Estados Unidos".
"Ellos son responsables de la seguridad de Kurdistán y de Irak en general, ¿no?", se pregunta.
El gobierno de George W. Bush reconoció que había sido informado previamente del inicio de la ofensiva turca, destinada a erradicar las bases del PKK, una organización terrorista para Estados Unidos y la Unión Europea.
Washington dio también a entender que había compartido informes de inteligencia sobre la operación.
Esa posición provocó la cólera del PKK y severas críticas por parte del gobierno autónomo de Kurdistán.
"Estados Unidos no se limita a apoyar activamente (a Turquía), también forma parte de las operaciones", declaró el jefe del ala militar del PKK, Bahoz Erdal, citado por la agencia de prensa Firat News, considerada portavoz del PKK.
Yassin Karim, de 35 años, profesor en una escuela de Suleymaniya, estima que la operación turca no obedece solamente a su obsesión por acabar con el PKK, sino también a su deseo de evitar un Kurdistán "libre y próspero".
"Quieren que fracase la experiencia democrática en Kurdistán", asegura.
"Los turcos están poniendo a prueba la reacción de los kurdos", opina Najia Mohamed, de 24 años. "Si no se produce un gran levantamiento, en la primavera ocuparán grandes zonas de la región", predice.
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