Política

Blanco pide un baño de realismo



    El ministro de Fomento, José Blanco, uno de los más valorados del Gobierno, compatibiliza su papel como portavoz en la sombra del Ejecutivo con su labor en el PSOE, del que es vicesecretario general, y en ambos campos está emitiendo un mensaje pedagógico relacionado con la crisis que, con independencia de opciones y preferencias políticas, deberíamos interiorizar. "No está previsto un un presidente de Lugo ni Pontevedra"

    Esta misma mañana ha vuelto a exponer tales ideas en el curso de un desayuno empresarial organizado por El Economista.

    En síntesis, Blanco explica que este país ha desarrollado en los últimos tiempos -en especial, durante la última década- una red de infraestructuras que nos sitúa a la cabeza del mundo. A un ritmo frenético que ha sido envidia de la comunidad internacional.

    Una inversión justificada

    Y ahora, cuando la recesión nos ha obligado a realizar un aterrizaje forzoso, es el momento de reconsiderar nuestra posición, de convencernos de que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades y de plantear para el futuro una evolución más pausada y racional, en que cada nueva inversión haya de justificarse con bien argumentadas razones de productividad o de cohesión.

    España -explica el ministro- tiene todavía un PIB per capita levemente inferior a la media de la Unión Europea y una presión fiscal inferior en cinco o seis puntos al promedio europeo. Éste es nuestro punto de partida, y desde el enclave fijado por estas coordenadas debemos encarar el futuro.

    Años de euforia

    Blanco se enfrenta con un severo recorte del planeamiento realizado en los años de euforia. Hay en este momento unas 3.000 obras en fase avanzada de planificación o ejecución, y habrá que revisar pormenorizadamente el conjunto para aplicar los recortes ya dispuestos para este año y los que haya que aplicar en el futuro.

    El ejemplo más claro del cambio de mentalidad que propugna el ministro es el del AVE a Cantabria, una comunidad autónoma de 500.000 habitantes: es más racional comunicarla por alta velocidad por Bilbao a Castilla, lo que además le dará comunicación con Europa, que hacerlo por Palencia directamente. Quince minutos de ahorro en el viaje no justifica la inversión de varios miles de millones de euros? Aunque, como es natural, los cántabros hacen bien al defender a capa y espada una promesa que se les hizo en momentos de opulencia.

    Ahorro considerable

    Parece claro que este cambio de chip debería extenderse a muchos otros ámbitos. Y especialmente a lo referente al a estructura del Estado. A la sombra de la crisis, los griegos, como es sabido, han reducido el número de sus municipios de más de 1.300 a una tercera parte, lo que mejorará el servicio a los ciudadanos con un considerable ahorro.

    En España, tendría todo el sentido una medida semejante, que habría de empezar por la unificación en una sola entidad de las actuales mancomunidades. Y es también patente que el nivel autonómico de la administración está sobredimensionado, de forma que el mismo servicio se presta a varios niveles. Las duplicaciones y hasta triplicaciones no son de recibo.

    Hay toda una extensa bibliografía sobre la eficacia de las crisis para producir reacciones positivas y creadoras. Estamos viendo cómo la recesión está logrando la generación de una política económica común en Europa, que fue imposible de pergeñar en tiempos de bonanza. De igual modo, en nuestro país, la crisis debe sumergirnos en un baño de realismo. Y en una recuperación de los viejos valores: laboriosidad, austeridad, solidaridad.