Política
El PSOE vuelve a sacar el doberman con vistas a las europeas
El Partido Socialista ha sacado de nuevo el doberman a la calle con vistas a las elecciones europeas del 7-J, a las que el PP llega, según parece, con una leve ventaja sobre el PSOE.
En esta ocasión, la insinuación es insidiosa: se ve a extremistas detestables de toda guisa -a un xenófobo, a un homófobo, a un partidario de la pena de muerte o del despido libre-, y se deja caer un comentario final: "lo importante no es lo que piensan. Es lo que van a votar".
En 1996, cuando ya parecía inexorable la victoria del PP, los socialistas de la anterior etapa lanzaron el doberman, que no sirvió de nada: como es bien conocido, se produjo, aunque por muy poco, la alternancia. Ahora, muy mal deben verse los estrategas de Ferraz -que son la generación siguiente de 1996- para emular a sus ancestros.
Un spot de mal gusto
La ciudadanía de este país está muy curtida y tiene gran capacidad de discernimiento, por lo que es difícil que un spot o una cuña publicitaria tendenciosa consiga que alguno cambie su voto. De cualquier modo, el spot es de mal gusto, y aun podría tener el efecto contrario: restar votos.
Es muy difícil desde hace tiempo encontrar argumentos en la política española. En ocasiones, basta contradecir al adversario para disponer de un discurso. Y el insulto, el gesto desabrido, la descalificación ganan lamentablemente espacio en la plaza pública. El spot con que piensa bombardearnos el PSOE es ejemplo de ello: el mensaje que ofende a la inteligencia.