No es la maldición maya del fin del mundo en 2012, pero se le parece: desde 2008, prácticamente todos los gobiernos europeos azotados por la crisis, primero financiera y luego económica, han sido derrotados cuando han tenido que someterse al veredicto de las urnas.Mucho antes, los mercados financieros ya los habían sentenciado, por su mala gestión y por la impopularidad de unos severos planes de ajuste que venían impuestos desde Bruselas y por el Fondo Monetario Internacional (FMI). En total, 16 de los 27 países miembros de la Unión Europea han conocido la alternancia política ligada a los vaivenes de los problemas económicos y la subsiguiente cura de austeridad. Les pasó en 2011 a los Ejecutivos de países intervenidos o bajo amenaza de estarlo, como los de Brian Cowen en Irlanda, Georges Papandreu en Grecia, José Sócrates en Portugal y hasta José Luis Rodríguez Zapatero en España. Todos ellos cayeron fulminados en el -hasta la fecha- annus horribilis de la crisis, y en los tres últimos casos se trataba de gobernantes socialistas que fueron sustituidos por mandatarios conservadores. Y es que esa fue la tónica general que marcaron los comicios en 2011: gabinetes de izquierda desalojados del poder y reemplazados por líderes de adscripción centrista o liberal-conservadores. Antes que ellos, en mayo de 2010, había perdido el cetro de mando el laborista británico Gordon Brown, castigado por un electorado que dio el relevo al conservador David Cameron, que formó Gobierno con los liberales de Nick Clegg. El recrudecimiento de la crisis en 2011 provocó asimismo que otros gobiernos fueran descabalgados del poder, incluso sin que mediaran elecciones generales. Es el caso de Silvio Berlusconi en Italia, a quien los duros ajustes impuestos y la presión de los socios europeos obligaron a dimitir en el mes de noviembre, cediendo la plaza al tecnócrata Mario Monti. El país transalpino tiene todavía que convocar elecciones legislativas, previstas para la primavera de 2013. Viraje a la izquierda en 2012 En lo que va de 2012, las urnas siguen dando la espalda a los gobernantes en ejercicio, pero la tendencia parece invertirse: ahora ganan partidos de izquierda. El ejemplo más reciente es la elección del socialista François Hollande en Francia. También apuntalan este viraje los resultados electorales en Grecia, donde la izquierda radical se ha convertido en la segunda fuerza política. Asimismo, en abril, una moción de censura derribó al Gobierno de centro-derecha rumano de Razvan Ungureanu, sustituido por el izquierdista Victor Ponta. Desde que explotó la crisis, en 2008, los únicos líderes que han eludido el castigo electoral a los gobernantes salientes han sido conservadores, como Merkel en 2009, o el sueco Fredrik Reinfeld en 2010.