Izquierda Unida elige al equipo que negociará el apoyo a la investidura de Pedro Sánchez
EFE
Izquierda Unida afronta este sábado un consejo político muy intenso con dos asuntos clave en su agenda: aprobar el proyecto de viabilidad de la formación política y concretar recortes laborales; y designar el equipo que negociará con el PSOE un acuerdo para investir al candidato a la Presidencia, Pedro Sánchez.
Además, está sobre la mesa la aprobación del Reglamento de la Asamblea federal, que renovará la dirección de IU y que está prevista para los días 20,21 y 22 mayo si unas nuevas elecciones no trastoca el calendario porque, de convocarse, se aplazaría el cónclave.
Prioritario para IU en el terreno político son las negociaciones que abordarán la semana que viene con el PSOE para tratar de llegar a un acuerdo que permita a Sánchez contar con el apoyo de los dos diputados de la formación (Alberto Garzón y Sol Sánchez).
Tanto el coordinador federal, Cayo Lara, como Garzón aseguraron esta semana que estaban dispuestos a darle su voto si da el giro de "progreso" al que se ha comprometido y tiene en cuenta su propuesta social y económica, basada en 16 medidas.
Medidas que contemplan, entre otras cosas, una reforma fiscal progresiva y lucha contra el fraude fiscal, la aprobación de un plan de emergencia social, la creación de un plan de empleo y la derogación de la Lomce, de la llamada "Ley Mordaza" y del artículo 135 de la Constitución, que pone por delante el pago de la deuda sobre cualquier otro gasto.
Propuestas en las que podría ser más fácil el acuerdo, incluso en lo que se refiere al artículo 135, porque el PSOE se ha mostrado dispuesto a "retocarlo". En cambio, tropezarían en la creación de una banca pública y en la recuperación de la edad de jubilación a los 65 años.
De todas estas cuestiones se hablará mañana, además del plan de ajuste que IU se ve obligada a poner en marcha después de sus últimos fracasos electorales, que supondrá recortes laborales en su plantilla.
Algunos dirigentes de IU se han quejado de que sean los empleados los que "tengan que pagar el pato", sin que tan siquiera la dirección haya hecho un acto de "contrición" sobre los malos resultados en las elecciones de diciembre.