El Gobierno elabora un 'diccionario' propio para comunicar las medidas más duras
Desde que el presidente Mariano Rajoy formase Gobierno e iniciase un proyecto poco popular basado en duras decisiones económicas, cuyos principales afectados están siendo los ciudadanos, la comunicación de las medidas que el Ejecutivo prevé desarrollar están caracterizadas por dos puntos: por un lado, anuncios importantes se realizan de 'tapadillo', es decir, se meten con calzador y se mencionan de pasada embutidos entre otra serie de medidas de menor calado; por otro lado, los políticos están empleando una serie de vocablos menos comunes que hacen la función de eufemismos para evitar referirse a conceptos polémicos, bien por cuestionar la credibilidad de la campaña realizada por Mariano Rajoy el pasado noviembre, bien por levantar ampollas entre los ciudadanos al ser considerados líneas rojas a nivel social.
Es decir, el PP parece haber elaborado un complicado diccionario del que echan mano sin mucho éxito, ya que los periodistas, que se han quejado en repetidas ocasiones en los últimos meses por la comunicación de Moncloa, terminan haciendo la 'traducción' adecuada para que los ciudadanos no se enreden en términos.
En los últimos meses, los medios han sido testigos de diversos ejemplos de piruetas lingüísticas que a continuación recordamos:
-Copago: corresponsabilidad. Da la sensación de que todo empezó con este término. El copago sanitario emergió como una de las líneas rojas que los ciudadanos no están dispuestos a cruzar. La medida de cargar a la sociedad con un mayor porcentaje del gasto de la sanidad pública se convirtió en el tema clave de las elecciones en Andalucía, que valió al candidato socialista, José Antonio Griñán, más apoyo del que cabría esperar tras el escándalo de los ERE -el otro asunto candente de esa campaña electoral- en detrimento de su oponente, Javier Arenas. El PP pasó esos días tirando balones fuera y el mismo Rajoy aseguraba que "el copago no estaba encima de la mesa".
Después de los comicios andaluces y de su consiguiente fracaso para los populares, el Ejecutivo anuncia una "corresponsabilidad" via farmacéutica que afectaría al precio de los medicamentos, de las prótesis, de ciertos productos con fines dietéticos y del transporte sanitario "no urgente". Con la palabra "corresponsabilidad", el Gobierno se apoya en matizar la necesidad de sostener el Sistema Nacional de Salud, "responsabilizando" a los ciudadanos de ello.
-Subida del transporte: revisión de descuentos y promociones. El llamado 'tarifazo' del transporte público en Madrid dio lugar a nuevos malabarismos lingüísticos por parte de los políticos. En esta ocasión, la protagonista fue la presidenta regional, Esperanza Aguirre. Tras anunciar que el billete de metro sencillo pasaría a costar 2 euros si se recorrían más de cinco estaciones -en el caso contrario, seguiría costando 1'50- y que el bono de diez billetes aumentaría de los 9'70 euros hasta los 12, Aguirre no dudó en afirmar con contundencia que el metro no había subido el precio del billete sencillo, sino que se habían revisado los "descuentos, promociones y forfaits", refiriéndose a los bonos de viajes integrados. Sobre el aumento de coste según el número de paradas recorridas, prefirió no pronunciarse. No había manera de esquivar lingüísticamente ese atolladero.
-Subida del IVA: cambiar la ponderación de los impuestos/ incrementar imposición sobre el consumo. La mayor pirueta lingüística de las últimas semanas la ha protagonizado el dúo formado por Luis de Guindos y Cristóbal Montoro, ministros de Economía y Hacienda, respectivamente.
Cada uno con su estilo, dieron un triple salto mortal para referirse a la subida del IVA, que se hará efectiva en 2013, sin pronunciar la palabra 'IVA'. ¿Cómo se las apañaron? Luis de Guindos, responsable de comunicar el anuncio, lo hizo con estas palabras: "Para 2013, lo que estamos planteando es incrementar la imposición sobre el consumo con un incremento neto de recaudación en torno a los 8.000 millones de euros". Los periodistas, una vez más, tuvieron que estar ágiles y traducir esta sencilla frase por lo que en realidad era.
Al día siguiente, Cristóbal Montoro no quiso quedarse atrás y trató de imitar el estilo 'surfero' con los vocablos de su compañero de Gobierno. De este modo, y al ser preguntado por el asunto de la subida del IVA que él mismo había rechazado en múltiples ocasiones anteriores, el ministro afirmó: "No vamos a subir impuestos en España, vamos a cambiar la ponderación de los impuestos para favorecer el crecimiento". Así que se trataba de eso, de la "ponderación de los impuestos".
Los juegos de palabras, giros y nuevos términos que incorpora este original diccionario gubernamental, que tiene alta probabilidad de engrosarse en los próximos meses, han sido criticados por medios de comunicación y ciudadanos. Consciente de ello, el Ejecutivo ha decidido hacerse cargo y entonar un irónico 'mea culpa' de boca de la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría quien ha hecho efectivo un compromiso al respecto: "En el futuro, habrá que llamar al pan, pan, y al vino, vino".