País Vasco

Kutxabank afronta su primer recorte de personal


    Carmen Larrakoetxea

    Kutxabank no puede demorar por más tiempo la desagradable tarea de reestructurarse y redimensionarse para ser rentable y cumplir su compromiso con las fundaciones bancarias accionistas de elevar el beneficio neto hasta los 500 millones en 2019 (cuando en 2014 se ganó 150 millones).

    Las cifras ya no dan tregua, en el primer semestre de este año el resultado operativo del grupo financiero vasco -el negocio típicamente bancario- arrojó pérdidas de casi 40 millones, aunque al final la cascada de la cuenta de resultados arroja unos beneficios de 122,7 millones, con un alza de un 18,8%, gracias en gran medida a los dividendos y a la venta de participadas.

    Kutxabank es el banco más solvente, pero también el más ineficiente. Los datos del Banco de España colocan al banco vasco como el más ineficiente de todo el sistema bancario español, ya que tiene un ratio de eficiencia del 62% -para ingresar 100 euros ha de gastar 62-, cuando la media sectorial es del 47% y sólo cuatro entidades superan el ratio del 50%: Ibercaja (50,7%), Caixabank (56,8) y Cajamar (61,5).

    Eso implica que el presidente Gregorio Villalabeitia tendrá que asumir el mal trago de establecer una estrategia clara de cierre de oficinas y reducción de plantilla. Ya en febrero pasado, en su única comparecencia en que se sometió a preguntas de la prensa, reconoció, sin dar detalles, que había que reducir ostensiblemente los gastos de personal. Un aviso para navegantes, cuando el debate en aquel momento era la idoneidad de los emolumentos del nuevo presidente.

    Desde 2012, cuando se materializó la fusión, la entidad ya ha amortizado 1.000 puestos de trabajo, vía jubilaciones y prejubilaciones. Se partía de unos 7.500 trabajadores y en junio pasado la plantilla del grupo quedó fijada en 6.466 personas. Esto implica una reducción de personal acumulada del 14% y de oficinas del 17%.

    Los sindicatos de Kutxabank se quejan "de la total falta de información por parte de la dirección" de la entidad, tanto "sobre el plan de negocio, como de la reducción de personal". Critican que, desde que la entidad se ha transformado en banco y las cajas en fundaciones, la comunicación con los sindicatos es casi inexistente. Recuerdan que cuando fueron cajas de ahorros, al estar la plantilla en los órganos de Gobierno tenían acceso a información y periódica, y se negociaba con ellos. Además, también lamentan que desde la llegada de Villalabeitia a la presidencia del banco sólo ha habido un encuentro con los sindicatos y fue allá por el mes de enero.

    En principio, desde CC.OO., sindicato mayoritario en la entidad financiera, explican que están "dispuestos a negociar reestructuraciones de plantilla vía prejubilaciones, pero no admitiremos otro tipo de medidas traumáticas". Eso sí, la factura no será barata. Recuerdan que "la plantilla de Kutxabank está muy envejecida" y temen que el ajuste que proponga la dirección del banco sea superior a los 300 puestos que se rumorean. Cerca del 26% del personal, más de 1.600 personas tiene más de 55 años, en un sector en donde escasean los trabajadores que superan esa edad.

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