Ramondin abrirá una planta en EE.UU. en su 125 aniversario

  • Esta planta se sumará a las de Francia y Argentina
  • En los dos últimos años han creado casi 100 empleos
  • Han invertido 25 millones en los últimos cinco años
José Miguel Munilla, director general de Ramondin


El fabricante de cápsulas para botellas Ramondin no sólo es una empresa en fase de crecimiento, sino un ejemplo de modelo de gestión, revalidado por 125 años de historia y un capital de origen familiar que sigue apostando por la compañía desde la quinta generación.

Este año tienen previsto abrir una nueva planta Napa (Estados Unidos) para expandirse más en el mercado de vinos de California, planta que vendrá a sumarse a la principal de Laguardia (Álava) y a las exteriores de Francia y Argentina.

Su director general, José Miguel Munilla reconoce que 'no deja de ser un reto que, después de 125 años de historia, la empresa permanezca con una gran fortaleza y con nuevos proyectos'.

Al igual que el conjunto de la economía, Ramondin no fue inmune a la crisis económica, en 2009 sufrió mucho, pero lejos de quedar paralizada aquello le sirvió para luchar con más fuerza y apostar más intensamente por la innovación, al diversificación y la internacionalización.

Invertido 25 millones

Así se explican los 25 millones invertidos en los cinco últimos años, que les ha permitido ampliar su gama de productos (tapa de rosca, línea de bozales para espumosos, cápsulas de aluminio embutido, etc.)

Esto se ha traducido en una mejora sustancial de sus márgenes y resultados, lleva tres años creciendo en ventas y rentabilidad y ya se ha colocado ya por encima de los valores previos a la crisis.

En 2014 su volumen de facturación rondó los 92 millones de euros y su plantilla global asciende a 600 personas, casi cien personas más que hace dos años.

De cara a 2015 sus perspectivas son optimistas, ya que la mayoría de los mercados en los que están presentes hace tiempo que empezaron a salir de la crisis.

Multilocalización

'Tenemos un modelo de multilocalización como eje de desarrollo', explica Munilla. También tiene muy claro que 'no buscamos competir por precio, sino por servicio y calidad para tener un crecimiento sostenible en el tiempo'.

Ramondin se lanzó a vender en los mercados exteriores ya en 1982 y actualmente su tasa de exportaciones directa supera el 80 por ciento de su producción y si se analizan las ventas de sus propios clientes, la total ronda el 90 por ciento.

En su estrategia internacional, la compañía también optó hace tiempo por implantarse productivamente en sus mercados prioritarios, para estar más cerca del cliente y para soslayar las barreras comerciales.

De esta forma en la actualidad tiene plantas productivas en Francia (en la localidad de Tosse, desde 1985) y Argentina (en Maipu, desde 1999). Ahora en 2015 están preparando la apertura de sus nuevas instalaciones en Napa (EE.UU.), que estarán operativas en verano, en que calculan que llegarán a tener una plantilla de una treintena de personas en cinco años. 'En California hay unas 3.900 bodegas, cifra similar a todas las de España, que rondan las 4.200. Queremos avanzar en este importante mercado y estar cerca del cliente para prestarle mejores servicios'.

Quinta generación

El accionariado de Ramondin sigue en manos de las sagas familiares originarias, lo que le coloca ahora en la quinta generación. También está presente en su capital el fondo de capital riesgo del Gobierno vasco, Ezten, con un 20 por ciento.

El carácter familiar de su accionariado no interferido en el funcionamiento de la empresa, desde 1959 tienen profesionalizada su gestión.

Munilla explica que para sacar adelante una empresa familiar 'es muy importante la unidad accionarial' y en su caso es una realidad. También destaca como logros relevantes la incorporación de consejeros dominicales y el asesoramiento de expertos externos.

La calidad y la RSC son rentables

Ramondin tiene una larga serie de certificaciones ISO de Aenor, la última en Responsabilidad Social IQNet SR10. Para Minulla se trata de algo más que meras certificaciones, asegura que 'la calidad y la RSC son rentables. Reduces costes por mejoras de procesos, también bajas consumos de materias primas, energía y en emisiones. Además mejoras las relaciones dentro de la empresa y baja el absentismo laboral'.