'El papel del directivo ante la gestión del cambio'

    Sabin Azua, Socio Director de B+I Strategy


    Cuando se inicia un nuevo año se suelen hacer compromisos individuales sobre el futuro comportamiento frente a situaciones profesionales y personales de la vida. Creo que es un buen momento para que los directivos se enfrenten con la definición de su rol en el proceso de mejora competitiva de las organizaciones que les toca liderar.

    Hoy nos toca vivir una auténtica transformación integral de industrias, una creciente necesidad de innovación y adaptación permanente, una urgencia por el desarrollo de nuevas soluciones y conceptos nunca antes vivida, etc. Hay que desarrollar una fuerte capacidad para la innovación de conceptos empresariales radicalmente nuevos y reinterpretar de forma creativa los viejos. Como dice Gary Hamel:'El Gap entre lo que puede ser imaginado y lo que puede ser alcanzado es cada vez más pequeño'.

    La organizaciones actuales tienen que tener en cuenta la creciente importancia del conocimiento y del talento, el ritmo acelerado de cambio, la innovación permanente, la segmentación cada vez mayor y más personalizada de clientes, la necesidad de conectividad, el desarrollo de la cultura del emprendizaje, la democratización de las organizaciones, la presencia glokal de las empresas en el mundo, el desarrollo de la empleabilidad de las personas de la organización, etc.

    Nos toca vivir tiempos en que la revolución permanente en nuestras organizaciones debe ser una constante. Hay que transformarlas en agentes creativos favorecedores del cambio permanente, generadoras de valor añadido en torno a los activos intangibles de la organización, apoyadas en las capacidades y voluntades de sus miembros, favorecedoras del diálogo estratégico en toda la organización, cooperadoras con todos los agentes con los que se relaciona, implicadas socialmente con su entorno inmediato, favorecedoras de la diversidad genética, cada vez más democráticas, generadoras de estrategias duales que preparen el futuro gestionando el presente, que cuenten con líderes revolucionarios en todos los niveles de la organización.

    Ante esta dinámica competitiva de las organizaciones, surgen preguntas sobre la capacidad de liderar y dirigir estos proyectos empresariales: ¿tenemos profesionales/líderes capaces de gestionar esta transformación? ¿Cuál es el papel del directivo en este contexto? Sin pretender contestar con exactitud estas cuestiones, me gustaría aportar mi visión de algunas de las características de los directivos del siglo XXI.

    Una adecuada combinación de capacidad para liderar la revolución, para generar un sentido trascendente a la organización, promover la democratización de la organización, generar un contexto organizativo orientado al desarrollo de las personas y los equipos, participar activamente en los procesos de innovación y mejora continua, ejemplificar la ética y el compromiso, atraer, potenciar y desarrollar el talento, crear líderes a todos los niveles, etc., es imprescindible en los nuevos tiempos.

    Sin embargo, como exponía frecuentemente Martin Luther King, 'un líder tiene tres tareas fundamentales de las que no puede huir: educar, educar y educar'. Deben promover activamente la experimentación, la preminencia del ser sobre el tener, la curiosidad intelectual, la capacidad de interactuar socialmente, el compromiso con el entorno y la sociedad, etc. Necesitamos nuevos profesionales con conocimiento, actitud, ética y compromiso con el proyecto y con la sociedad.

    Nuevos directivos para los nuevos tiempos. Invito a todos los directivos a incluir en sus deseos para 2014, el desarrollo de su capacidad para favorecer el aprendizaje de todos los miembros de la organización.

    Sabin Azua. Socio Director de B+I Strategy