La gran dimensión de BBK hace peligrar la fusión de las cajas vascas
El reparto accionarial del nuevo banco se ve afectado por el crecimiento experimentado por BBK en los últimos años, lo que rompe las proporciones que se manejaban en los anteriores procesos de fusión y alienta el miedo de que Caja Vital y Kutxa sean absorbidas por la vizcaína. El rechazo del PP a los pesos del reparto hace que se desencadenen los temores de un nuevo fracaso.
La dimensión adquirida por BBK, tanto por su crecimiento en negocio propio, como por la adquisición de la cordobesa CajaSur (ver cuadro) provoca que en la valoración económica la entidad y su proyección de futuro sea muy superior a la de la alavesa Caja Vital y la guipuzcoana Kutxa, entidades ambas que se niegan a verse absorbidas por la vizcaína.
Si fracasa la fusión BBK adolecerá de dimensión, pero puede creciendo porque tiene excedente de capital para compras. Pero Caja Vital y Kutxa quedarían como entidades muy pequeñas y con una gran limitación de recursos para poder crecer vía absorciones.
El PP pasa a la oposición
La espoleta de la nueva gran crisis se desencadenó el viernes, tras conocerse que los estudios de valoración de pesos económicos de cada entidad, realizado por AFI, que en el nuevo banco atribuye a la alavesa Caja Vital con un peso por debajo del 10%, mientras que Kutxa rondaría el 29% y BBK superaría el 60%.
Así, el PP de Álava dijo que se opondría a que Caja Vital se convierta en una "parte ínfima de un banco propiedad de la BBK". Los populares recuerdan que en 2005, cuando se planteó la anterior fusión a tres bandas, a Caja Vital se le hubiera dado un peso del 15%. Curiosamente, en aquel año al PP también les parecía que suponía la absorción de la alavesa por parte de BBK y fue quien lideró la campaña en contra de la fusión, operación que se abortó definitivamente al desmarcarse a última hora el PSE.
Ahora los socialistas, en principio, apoyan la integración de las tres, animando a su consecución desde el Gobierno vasco.
Rechazo de Bildu
Otro motivo de preocupación sobre la fusión es la oposición total de Bildu, que ahora gobierna en el Ayuntamiento de San Sebastián y en la Diputación de Guipúzcoa. El sistema actual de renovación de las asambleas y cargos de dirección de las cajas no les da acceso aún a la Kutxa por lo que su capacidad de influencia es indirecta.
Eso no despeja las incertidumbres en la asamblea de Kutxa, ya que este foro está muy atomizado y tienen mucha fuerza las plataformas sindicales y de impositores que giran alrededor de la izquierda abertzale.
También está el sindicato ELA y las siglas de izquierda unida, que se oponen a la bancarización y a que la nueva entidad no tenga un marco vasco de relaciones laborales.
Los visionarios que se adelantaron
El sector financiero vasco siempre tuvo la fama de pionero e innovador. En esta senda se situó el pacto alcanzado en 2005 por los presidentes Gregorio Rojo (Vital), Carlos Etxepare (Kutxa) y Xabier de Iarala (BBK). Su proyecto de fusión se adelantaba a la crisis y a las tendencias de concentración sectorial. Pero las disputas políticas dieron al traste con una excelente iniciativa.
El fracaso de 2005 y la constatación de que el mercado empezaba ya a castigar a las cajas pequeñas hizo que en otoño de 2008, Xabier Iturbe (Kutxa) y Xabier de Irala (BBK) se lanzarán a una fusión a dos. Fue el proceso que más avanzó pero murió en el último minuto, en la asamblea de la Kutxa, por sólo 4 votos. La bloquearon la izquierda abertzale y los sindicatos nacionalistas, IUEB y PSE.
El trío que intenta in extremis la fusión
El mercado es tozudo y, a veces, capaz de imponerse a los intereses políticos.
Mario Fernández (BBK) y Carlos Zapatero (Vital) retomaron a principios de 2011 una fusión a dos, esta vez a través de un banco, dinámica ante la que Xabier Iturbe (Kutxa) tuvo que sumarse. De nuevo Iturbe y Zapatero tendrán que ser capaces de convencer a sus asambleas del riesgo de quedar aisladas.