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Los líderes empresariales, a examen: ¿quiénes son los mejores directivos de España?



    El equipo humano es cada vez más valioso en un negocio porque determina su devenir. Tal es su relevancia que los gestores de fondos y los analistas creen que los directivos son una de las claves a la hora de comprar o no una compañía. Por eso, desde elEconomista hemos realizado una encuesta entre 57 firmas de inversión para descubrir las empresas del Mercado Continuo con mejor equipo. Telefónica y César Alierta ocupan la primera posición del ranking

    La creación de valor se puede medir por el crecimiento del beneficio o mayor subida en bolsa, pero, sobre todo, los expertos han seleccionado a las sociedades con un plan estratégico que se puede considerar una garantía de inversión en los próximos años.

    Tras esta macroencuesta, el gran ganador ha sido Telefónica (TEF.MC), que ha conseguido el 68,42 por ciento de los votos. ¿Qué tiene la operadora para ganarse el aplauso de la banca de inversión?

    Quienes trabajan de cerca con César Alierta aseguran que uno de sus secretos es que el presidente de Telefónica no quiere una segunda cabeza visible en su compañía.

    Este directivo, que aterrizó en la empresa a mediados de 2000 tras dejar Altadis, ha conseguido crear un compacto cuadro de mandos y ceder el poder de forma equitativa. Un hecho que premian 39 firmas, que han votado a esta sociedad como una de las tres compañías del mercado español con mejor equipo.

    El magnetismo de Sánchez-Galán

    La segunda mejor empresa para los expertos es Iberdrola (IBE.MC), que ha conseguido 25 votos de las firmas. Pocos gestores dudan de la atracción que genera Ignacio Sánchez Galán.

    El presidente de la eléctrica, además de constituir un núcleo duro en torno a las cajas de ahorro, que controlan más del 20 por ciento, ha enamorado a muchos gestores de fondos de inversión. Incluso algunos han vinculando su continuidad en el capital a la del actual equipo gestor.

    Ocho de los diez mayores accionistas institucionales presentes en Iberdrola tienen más de dos años de permanencia en la eléctrica y controlan un 5 por ciento del capital.

    Con esta carta de presentación, poco más se puede decir de esta compañía que ha hecho de las compras su gran estandarte de defensa ante una oferta hostil.

    En menos de dos años ha comprado la escocesa Scottish Power y la americana East Power para defenderse de la consolidación del sector en Europa, con lo que ha quintuplicado su tamaño, hasta casi los 50.000 millones de capitalización.

    En el último año y medio el principal rumor de mercado ha sido que la constructora ACS (ACS.MC) -que ya tiene más del 40,4 por ciento de Unión Fenosa-, pudiese realizar una opa para unirla con Iberdrola, de la que también posee un 7,7 por ciento.

    Sin embargo, por ahora esta maniobra no ha salido adelante gracias, en parte, a José Luís del Valle, presidente del área de estrategia y desarrollo de Iberdrola, que ha conseguido llevar a buen puerto la incorporación de Scottish, que le costó a Iberdrola más de 17.000 millones. Del Valle, que también es consejero delegado de Scottish desde abril, ha integrado a la compañía, que ya aporta 320 millones al beneficio neto total del grupo en los nueve primeros meses.

    Tampoco hay que olvidar el destacado papel que tendrá a partir de ahora Xabier Viteri, que esta semana fue nombrado segundo responsable de la filial de Renovables -después de Galán-, una empresa que saltará al parqué en diciembre. Para ver la gran magnitud que tiene este proyecto hay que tener en cuenta que el 48 por ciento de las inversiones que haga la matriz hasta 2010 será para el área de renovables -8.600 millones-.

    Ademas, se calcula que esta nueva compañía podría tener una capitalización en mercado superior a los 20.000 millones.

    Botín, el eje del imperio

    El tercer lugar del podium es para dos equipos gestores, Santander (SAN.MC) e Inditex (ITX.MC), según la opinión de los expertos. Las dos compañías han conseguido que 17 firmas de inversión las consideren entre las tres mejores empresas del Mercado Continuo.

    Y es que si se atiende a la primera, Emilio Botín lleva el oficio de ser banquero en la sangre, ya que el mullidor de todo este imperio fue su tatarabuelo.

    Se dice que la premisa de éste era devorar antes de que te devoren, una táctica que el actual presidente ha llevado a rajatabla en los últimos años. Primero tejió la fusión de Santander con Central Hispano a final de los 90 y más recientemente se hizo con la británica Abbey y entró en la estadounidense Sovereign.

    Su última maniobra ha sido participar en el consorcio de Fortis y Royal Bank para hacerse con ABN Amro. Ahí ha vuelto a triunfar, ya que esta semana ha vendido la entidad italiana Antonveneta con una ganancia de 3.360 millones -uno de los bancos con los que se quedó en el reparto- tan sólo dos semanas después de comprarlo. Con toda esta feroz estrategia ha conseguido colocar a la entidad cántabra a la cabeza de la zona euro por tamaño, con más de 90.000 millones de euros de valor en bolsa.

    La figura de Alfredo Sáenz

    Toda esta tarea habría sido más difícil sin la ayuda de Alfredo Sáenz, actual consejero de Santander. Es el hombre de confianza de Emilio Botín, tras su exitoso paso por la presidencia de Banesto desde los años noventa hasta 2002, época en la que consiguió reflotar a la entidad desde la intervención del Banco de España. A partir de entonces, se ha encargado de llevar el día a día del banco con gran acierto.

    Aunque las últimas compras han sido el gran estandarte de Botín, la primera y principal estrategia fue romper la paz bancaria en 1988, con la conocida Guerra del Pasivo o Supercuentas.

    Cuando el resto de entidades remuneraba con sólo un 0,1 por ciento, esta entidad lanzó las cuentas, que ofrecían una alta remuneración al inversor, un hecho insólito hasta la fecha. Aquello significó la licenciatura de Botín, que tan sólo dos años antes había conseguido la presidencia.

    Quiénes lo conocen dicen que se puede pasar más de 15 horas trabajando, a pesar de su edad. De hecho, antes de retirarse -en la actualidad tiene 72 años-, quiere dejar bien atado su relevo y mantener la saga familiar.

    Para ello, el año pasado realizó un pacto entre sus tres hijos, Ana Patricia, Emilio y Javier Botín, para que sindicasen durante 50 años todas las acciones que, directa o indirectamente, poseen a título personal. De esta forma, se mantiene la estirpe de los Botín a lo largo del tiempo.

    El único inconveniente que le achacan los expertos es que todavía no tenga definida la sucesión. Aunque en el mercado el nombre que se baraja es el de Ana Patricia Botín, actual presidenta de la Banesto .

    Ortega, el hombre de moda

    Por último, en este podium también hay que tener en cuenta a Amancio Ortega, que ha enamorado a 17 de las firmas encuestadas. Este empresario gallego es una persona hecha a sí misma.

    En menos de una generación ha conseguido que su empresa, inicialmente de lencería, sea una gran multinacional con más de 20.000 millones de valor en bolsa, supere a la americana Gap y se pueda codear con la líder mundial H&M.

    Para crear todo este imperio Ortega ha tenido a su lado dos personas de reconocido caché directivo: José María Castellano y Pablo Isla.

    El primero, que salió de Inditex en 2005, fue el número dos durante más de 30 años y era el hombre de confianza del presidente. Era un financiero, profesor y gestor impecable, unas cualidades que se compatibilizaban muy bien con las del empresario visionario.

    Apuesta frustrada por Unión Fenosa

    Sin embargo, la apuesta frustrada de Inditex por hacerse con el 22 por ciento de la eléctrica Unión Fenosa rompió esta relación y provocó la rápida salida de uno de los creadores de la marca más de moda en España.

    A Castellano le sucedió Pablo Isla, que anteriormente había relevado a Alierta en la presidencia de Altadis. La buena gestión del segundo provocó que el día a día del fabricante de moda no notase este gran cambio.

    La compañía ha conseguido crecer estratégicamente en Asia y está en beneficios récord, tras superar los 1.000 millones de euros de beneficio en 2006.