Oriente Próximo

Afganistán se viste con los rostros de las candidatas al Parlamento



    Afganistán tiene a la vuelta de la esquina una cita importante. Con el incierto proceso de diálogo con los insurgentes, el país afrontará las elecciones parlamentarias el próximo día 18. Las mujeres quieren ocupar escaños en esa Cámara y las principales ciudades empiezan a llenarse de carteles con el rostro de algunas afganas. Al fin y al cabo, políticas en un país tribal y machista.

    Cerca de 10,5 millones de afganos están llamados a votar para elegir entre 2.500 candidatos a 249 diputados -de los cuales 68 escaños reservados a las mujeres- de la Asamblea Nacional. Se trata de los segundos comicios legislativos en el país desde la caída de los talibanes a fines de 2001.

    Las elecciones son también importantes "para que la comunidad internacional tenga la sensación de entregar dinero, y desgraciadamente derrama su sangre, por una causa vinculada a los valores democráticos", según de Mistura.

    Las elecciones, de un coste de 150 millones de dólares financiados por la comunidad internacional, están organizadas por las autoridades afganas.

    La elección presidencial del 20 de agosto de 2009 estuvo desvirtuada por masivos fraudes que socavaron la reputación del presidente reelecto Hamid Karzai.

    Mientras, a pesar de la presencia femenina en las urnas, en Afganistán 8 de cada 10 mujeres sufren violencia doméstica y un 60 por ciento es obligada a contraer matrimonio antes de cumplir 18 años, según datos de Naciones Unidas y de la Asociación Revolucionaria de las Mujeres de Afganistán.

    Se prevé que la participación sea más elevada que en 2009, especialmente en las regiones más inestables del sur, donde la participación apenas había llegado entonces al 10 por ciento, según el representante de la ONU.