Oriente Medio

La ONU pide la calma en Irak en el cuarto día de violencia en protestas contra el gobierno



    La ONU advirtió el viernes que Irak se encuentra en una "encrucijada" y llamó a la calma tras la reciente ola de violencia que en cuatro días ha dejado más de 200 muertos y unos 300 heridos, y hace temer un nuevo conflicto religioso.

    La mayoría de las víctimas murieron en choques entre las fuerzas de seguridad y manifestantes apoyados por hombres armados sunitas y miembros de tribus hostiles al primer ministro chiíta Nuri Al Maliki, quien advertido contra una nueva "guerra civil sectaria" .

    Irak, donde los chiítas son mayoría (un 60%), está compuesto por múltiples etnias y religiones, y ya pagó un alto precio en los choques sectarios de 2006 y 2007, tras la invasión del país, en 2003, por las tropas estadounidenses, que se retiraron a fines de 2011.

    En un intento por controlar la situación, los clérigos Abdelghafur Al Samarrai, sunita, y Saleh Al Haidari, chiíta, pidieron a los responsables políticos que se reúnan, pero esto no ha sido posible por la negativa de los jefes tribales y religiosos sunitas, dijeron las autoridades.

    Ante el temor de una nueva escalada, el enviado de la ONU, Martin Kobler advirtió que Irak estaba en una "encrucijada". "Hago un llamado a la conciencia de los líderes religiosos y políticos, no deben dejar que la ira triunfe sobre la paz, deben dar pruebas de prudencia", señaló en un comunicado.

    La violencia comenzó el pasado martes cerca de Huweijah (norte), cuando la policía intervino en una manifestación sunita, que se celebran desde hace cuatro meses para protestar contra Maliki.

    Esto produjo el estallido de enfrentamientos entre manifestantes y antidisturbios, seguidos de ataques en represalia contra las fuerzas de seguridad en varias regiones del país.

    Estos hechos violentos son los más sangrientos desde que en diciembre comenzaron, en las provincias de mayoría sunita, las manifestaciones contra Maliki, un chiita acusado de acaparar el poder y marginar a los sunitas.

    Este viernes, tras la oración musulmana semanal, cuatro personas murieron y otras 50 resultaron heridas en atentados perpetrados contra cuatro mezquitas sunitas de Bagdad y sus alrededores, afirmó un responsable del ministerio del Interior y varias fuentes médicas.

    El peor ataque tuvo lugar en la mezquita Al Kubaisi, en el sur de Bagdad, cuando estalló una bomba que mató a cuatro personas e hirió a 36, según estas fuentes.

    En el norte de la capital, dos bombas causaron al menos 11 heridos cerca de las mezquitas Al Shahid Yusef y Malikal Asht, y otro artefacto hirió a por lo menos tres personas cerca de la mezquita Al Razaq.

    Paralelamente, las fuerzas de seguridad iraquíes retomaban este viernes el control de la ciudad de Suleiman Bek, situada en la provincia de Saladino y tomada el miércoles por hombres armados que finalmente aceptaron retirarse de ella.

    El retiro de estos hombres fue posible gracias a la mediación de jefes tribales y de responsables gubernamentales, explicó Shalal Abdul Baban, un responsable administrativo del sector, y Ahmed Aziz, jefe adjunto del consejo municipal de Suleiman Bek.

    El general Ali Ghaidan Majid afirmó el miércoles por la noche a la AFP que se había dado un ultimátum de 48 horas a estos grupos para que salgan de la ciudad, so pena de lanzar una ofensiva.

    El general Majid había indicado que según los servicios de inteligencia, unos 175 hombres armados se encontraban en Suleiman Bek: 25 presuntos miembros de Al Qaida y 150 del "Ejército de Naqchbandis", un grupo rebelde violentamente opuesto al gobierno y particularmente activo en la región de Kirkuk. Ese grupo tiene entre sus filas a ex oficiales del ejército de Sadam Husein.

    El ejército afirmó que su intervención del martes cerca de Huweijah, al origen de la oleada de violencia, apuntaba al Ejército de Naqchbandis.

    Irak vivió ya una oleada de violencia interconfesional durante 2006 y 2007, la que dejó miles de muertos a raíz de un atentado contra un lugar santo chiita en la ciudad de Samarra.